Mitos diezman su población en el Amazonas
Como si fueran el Trauco chilote, los delfines del río Amazonas son considerados los principales sospechosos de los embarazos adolescentes que se registran en zonas colombianas y brasileñas de esa selvática región.
Cuesta creerlo, pero la mitología indica que estos animales se transforman en hombres apuestos, que se acercan a la costa para seducir a las jóvenes y regalarles un buen domingo siete.
Precisamente la “prevención de este problema” es uno de los argumentos de los pescadores de esta zona, para justificar el brutal asesinato de alegres y dóciles representantes de las especies boto y tucuxi, que viven en estas aguas.
Ese mismo encanto, que supuestamente ejercerían los delfines en las mujeres, también explicaría que sus cuerpos, sean vendidos por partes.
“Particularmente con sus genitales y ojos, se elaboran amuletos, que se venden en mercados populares de varias ciudades del Amazonas”, señaló Carolina Loch, una de las científicas que lideraron la investigación desarrollada por el Instituto Marmirauá para el Desarrollo Sostenible.
El estudio, citado por el portal “BBC Mundo”, constató que varios delfines tenían heridas inusuales que “indicaban haber sido hechas con machetes y arpones”, añadió Loch.
Guerra declarada Definitivamente, los pescadores del Amazonas no quieren saber nada con estos cetáceos, ya que muchos los matan además por el miedo que les inspiran o porque piensan que atraen la mala suerte.
Al respecto, Carolina Loch opinó que se debe implementar un programa para acabar con esta práctica. “Los delfines amazónicos juegan un papel crucial en la cultura local y los aspectos positivos de su influencia deben ser apoyados”.
En este contexto, recalcó que “los mitos negativos y las leyendas que vinculan a los delfines con los embarazos no deseados deben ser respetados como parte de la cultura amazónica, pero hay que clarificar cómo ocurren las cosas y tratar de desalentar las actitudes negativas hacia los animales”.
Pero, por lo visto, un programa educativo no bastará para frenar la eliminación de estas especies.
Ellos por lo menos en el caso del delfín boto pues, pese a ser considerado un ser travieso e intempestivo, al que se le respeta, hay una tendencia creciente a utilizar su carne como carnada para pescar un pez llamado “piracatinga”.
Y, como si todo lo anterior fuera poco, estos cetáceos también son atacados porque los pescadores creen que estos les roban sus peces y, además, les arruinan sus redes. “ Son vistos como competidores por los recursos pesqueros”, concluyó Loch
Fuente: "Diario Lun"
No hay comentarios:
Publicar un comentario