lunes, 8 de julio de 2013

Precipitaciones disminuyen en mas de un tercio en los ultimos 113 años en Santiago

Análisis de la Dirección Meteorológica de Chile revela baja de un 41% en lluvias desde 1900. Experto afirma que en 1968 comenzó una tendencia descendente en la zona central. En los albores del siglo XX, en Santiago, el promedio de precipitaciones a mediados de año oscilaba en los 200 milímetros. La situación de la capital en épocas pasadas era similar a la que hoy se aprecia sólo en las regiones del extremo sur del país. Pero el clima ha cambiado en el valle central, realidad que se refleja en el último análisis efectuado por la Dirección Meteorológica de Chile (DMC), que midió la cantidad de precipitaciones registradas durante los primeros seis meses de cada año (1 de enero al 30 de junio), entre 1900 y 2013. Juan Quintana, climatólogo de la DMC y autor de la investigación, explica que la precipitación en ese período “es cada vez menor si comparamos con el largo plazo”. De hecho, en la lluvia caída en los últimos 113 años en la estación oficial de Quinta Normal, se ha registrado una disminución superior al 40% en ese período, comparada la primera década con la última. ¿Las causas de este descenso? Quintana asegura que el denominado cambio climático (aumento de los gases con efecto invernadero, asociado a un calentamiento del planeta y a menos precipitaciones) podría ser una respuesta. “Los modelos que proyectan la situación del país indican que, en el futuro, lo que hemos visto desde 1900 hasta ahora podría continuar. Son datos que están en el mismo sentido. Vamos a tener cada vez menos precipitaciones”, dijo. El experto afirma que en 1968 comenzó una tendencia a la baja en las lluvias en la zona central, cuando se llegó a 21 milímetros, en promedio, durante los seis primeros meses. Y casi 10 años después de esa sequía, en 1979, se alcanzó sólo 19,3 milímetros de agua caída, el registro más bajo de la historia para esta zona en ese período. Tras esto, nuevamente, 10 años después se dio otra fase seca, cuando entre enero y junio se dio una media de 23 milímetros. Los años de escasez hídrica también se aprecian a partir del 2001, cuando se presentó el fenómeno de “La Niña” (ligado a un descenso de precipitaciones). IMPACTOS Andrés Rivera, glaciólogo del Centro de Estudios Científicos de Valdivia (Cecs), explica que los glaciares son formaciones que resienten los efectos de los cambios en el clima. Plantea que, “sin duda, una tendencia negativa de las precipitaciones ha tenido un impacto en los glaciares, pues presentan balances de masa negativos”, es decir, han retrocedido sus frentes, debido a una menor cantidad de precipitación nival. El especialista agrega que, además de las lluvias, el aumento de las temperaturas en la zona central es clave para entender los cambios. Añade que uno de los ejemplos más emblemáticos corresponde al glaciar Echaurren, área que abastece al río Maipo y uno de los que posee una mayor cantidad de mediciones de la Dirección General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas. Entre 1955 y 2009, disminuyó en 20 hectáreas. Fernando Santibáñez, académico de la Facultad de Ciencias Forestales de la U. de Chile, sostiene que además de los duros impactos en el agro por falta de lluvias, el bosque nativo (esclerófilo) que antes estaba presente en la regiones centrales ha ido desapareciendo de sectores de Santiago. “Quillayes, peumos y maitenes son cada vez más escasos”, dice. Francisco Squeo, académico de la U. de La Serena e investigador del Centro de Estudios Avanzados de Zonas Aridas, asevera que con este escenario, “la flora ve disminuida su capacidad de regeneración debido a la falta de agua”. Afirma que la biodiversidad local también se ve perjudicada: “Ejemplares como el crustáceo denominado Aegla, que antes se encontraba en el río Mapocho, se extinguieron”.

Gobierno creara subsecretaria para gestionar recursos hidricos del pais

El primer trimestre de 2014 se enviará al Congreso un proyecto de ley para conformar la nueva institucionalidad propuesta por el Banco Mundial. En materia de recursos hídricos, la administración pública cumple 102 funciones, ejercidas por más de 40 organismos, como la Dirección General de Aguas, la Comisión Nacional de Riego y el Indap, entre otras. Es justamente esta realidad la que el Banco Mundial (BM) estudió, por solicitud del MOP. Ocho meses duró la evaluación, cuyos resultados llegaron el 30 de junio en un documento de casi 90 páginas. En éste, el BM identifica los principales problemas en cuanto a la institucionalidad vigente. Así, el financiamiento, la generación de información, la definición de políticas y los objetivos sectoriales, además de la coordinación institucional y la baja jerarquía de la autoridad actual aparecieron como parte de las falencias. Para subsanar esto, se propuso crear una Subsecretaría de Recursos Hídricos y bajo su alero centralizar todo lo relacionado al agua dulce; es decir, glaciares, mediciones de calidad y cantidad de agua, red hidrométrica, ríos, usuarios y derechos de agua, entre otros. CAMBIO DE NOMBRE “El objetivo de esta reforma legal es potenciar la institucionalidad, darle mayor relevancia dentro del Estado, dado que, en opinión del Banco Mundial, la que existe y su fortalecimiento no es suficiente”, explicó la titular de OO.PP., Loreto Silva, quien además detalló que la cartera pasaría a llamarse Ministerio de Obras Públicas y Recursos Hídricos. Así, el primer trimestre de 2014 enviarán al Congreso un proyecto de ley, debidamente consensuado con los diferentes actores del sector. Además, la autoridad aclaró que una vez que esta nueva institución esté completamente operativa, si es necesario seguirán avanzando hacia una Agencia Pública, cuya característica es su autonomía. El ministro de Agricultura, Luis Mayol, indicó que es vital revertir el atraso que existe en infraestructura y considerar el cambio climático. Agregó que “hoy día nuestra agricultura riega 1,2 millones de hectáreas. Si aprovecháramos el 50% del agua que perdemos en el mar, podríamos regar cinco millones de hectáreas más”. Por lo mismo, sostiene que “tiene que haber un órgano que se especialice”. El abogado Alberto Cardemil, quien participó en la elaboración del estudio, destacó la iniciativa y explicó que se debe considerar que las actividades productivas que requieren consumo de agua son la mayoría en el país, lo que es “un tema central y esencial. Además, por la diversidad geográfica se hace difícil manejar un tema como éste sin la implementación de políticas integrales”. Según detalló el director general de Aguas, Francisco Echeverría, “lo que viene ahora es hacer un estudio de implementación, cuántos funcionarios se necesitan, cómo se tiene que crear el organismo, cuál es el presupuesto que se necesita, las reformas legales necesarias”. Explicó que la propuesta, que será entregada al próximo gobierno, se desarrolló en conjunto con actores técnicos y políticos de diferentes tendencias, ya que “nuestra intención es entregarle un proyecto al país”.