lunes, 28 de septiembre de 2009

Colonizacion Espacial

La Luna surgió cuando un cuerpo del tamaño del planeta rojo chocó con la Tierra hace 4,6 mil millones de años y, según cálculos previos al reciente hallazgo, en los últimos dos mil millones de años, gélidos asteroides y cometas bombardearon el satélite depositando hasta 300 millones de toneladas de agua congelada.

Chris Welch, experto en exploración espacial de la U. de Kingston (Reino Unido), explica que el líquido transformará la forma de vivir en otro cuerpo espacial. "Hallar tanta agua facilitará enormemente la vida futura en la Luna. El agua es muy pesada y enviarla al espacio es muy complejo y costoso (llevar un kilo de carga a la Luna cuesta $ 27 millones). Con este recurso y sin importar el estado en que esté, tendremos una reserva para beber, obtener oxígeno para respirar o procesarla para conseguir hidrógeno y fabricar combustible de cohetes", señala el académico.

El próximo mes, la sonda LCROSS de la Nasa se estrellará en el polo sur lunar para determinar la cantidad de hielo en el lugar. Es una de varias sondas que EE.UU., China, Rusia e India enviarán en los próximos años para descifrar este enigma. Si las naves corroboran un alto nivel de agua congelada, los futuros colonos podrán establecer plantas de procesamiento.

"Esto nos ahorraría el problema de transportar agua almacenada y disminuiría los costos de la exploración", indica Martin Barstow, profesor de astrofísica de la U. de Leicester (Reino Unido).

A pesar de los problemas de presupuesto de la Nasa -se estima que la agencia debería aumentar cada año su presupuesto en tres mil millones de dólares si quiere enviar una nueva tripulación a la Luna en 2020-, Barstow cree que el hallazgo de agua en la Luna presionará a EE.UU. para que reviva su exploración lunar.

HACIA MARTE

La Luna es considerada como una cámara hiperbárica a gran escala, donde, en lugar de prepararse para los intensos cambios de presión entre la superficie y las profundidades marinas, como lo hacen los buzos, un astronauta puede aclimatarse antes de emprender un viaje hacia un destino más ambicioso como Marte. Después de todo, el satélite está a 384.000 km y las misiones tripuladas tardan tres días en llegar, mientras ir y volver a Marte -cuya distancia máxima alcanza 102 millones de kilómetros- tomaría dos años.

"Un programa lunar nos permitiría aprender a vivir y trabajar en ambientes muy difíciles.

La Luna es un sitio hostil y explorarla es una forma de ensayar cómo movernos en el sistema solar", dice Barstow. Mientras la sonda Dawn de la Nasa ya viaja hacia el cinturón de asteroides cercano a Júpiter para investigar la existencia del líquido en el planeta enano Ceres, hoy la "fiebre del agua" se centra en Marte y los depósitos en sus polos y el área ecuatorial.

Las diversas sondas en órbita del planeta rojo han corroborado que los polos marcianos están formados en 50% por hielo y 50% por tierra. Pero este jueves, la U. de Arizona reveló otro hallazgo clave obtenido por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter: depósitos de hielo en la medianía del planeta con agua que es 99% pura.

Dicha característica sólo puede tener dos orígenes: nevazones -lo que implica que la atmósfera es más húmeda de lo que se creía- o agua líquida subterránea que emerge y se congela.

Ambas posibilidades son vitales para las misiones tripuladas que EE.UU. y Rusia preparan para 2040, ya que una presencia importante de agua implica sustentar la presencia humana y eleva la posibilidad de hallar rastros de vida en los depósitos líquidos (la capa de hielo recién identificada equivaldría al 10% de la capa de hielo de Groenlandia, mientras el 1% de la superficie roja tendría más hielo que toda la Luna).

Si bien es una meta más lejana, rusos y estadounidenses ya ensayan los primeros asentamientos humanos en Marte. En Moscú acabó la segunda fase del experimento Marte 500, en que seis personas habitaron por 106 días un complejo que simuló una base dotada con tres toneladas de agua y cinco de comida. De forma similar, la Nasa y la Sociedad Marte operan varios laboratorios.

Una de estas instalaciones se ubica en la Isla Devon, al norte del círculo ártico, donde en julio los participantes realizaron las primeras simulaciones geofísicas para detectar fuentes de agua en Marte y extraerla. Mientras, la Nasa ya le propuso a Rusia enviar una misión tripulada conjunta.

La Nasa ya planea misiones tripuladas de siete días a la Luna y estadías de 180 días cuando se construya una base. "Hoy no nos interesa instalar una bandera o dejar huellas, sino una presencia humana sostenida, para usar la Luna como punto de partida hacia Marte, asteroides y otros lugares del sistema solar", afirma John Olson, director del departamento de la agencia que supervisa la exploración lunar.

Fuente: "La Tercera"

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