martes, 8 de julio de 2014

Intensas lluvias y nevazones en la Región de Coquimbo no logran alejar el estado de sequía

Nueve años de sequía completó la Región de Coquimbo. Por ello, el sistema frontal que entre miércoles y jueves trajo inesperadas y copiosas lluvias y nevazones fue celebrado por vecinos, regantes y autoridades, aunque estas últimas llamaron a la cautela, porque la escasez hídrica no ha terminado.



Según la Dirección Meteorológica, en solo 12 horas cayeron 56 mm de agua, o el 70% de las precipitaciones de todo un año normal. Así, en menos de un día la región pasó de un déficit de lluvias de 53% a un superávit de 429%.

La Dirección General de Aguas (DGA) cifró, en tanto, en 54,6 mm el agua caída en Ovalle, 73,9 mm en Combarbalá, 68 mm en Cogotí, 58,6 mm en La Paloma y 38 mm en Recoleta.

Pese a ello, las autoridades se mantuvieron cautelosas, pues el frente no logró atenuar el déficit de los embalses, acuíferos y napas subterráneas en la región.

El seremi de Agricultura, Francisco Rojas, estimó que \"por mucho que llueva esta temporada, no se recuperarán los niveles históricos\". Explicó que al norte de la región se necesitan otros cuatro años con un promedio de precipitaciones de 100 mm para recuperar los acuíferos, situación que se agrava en la parte sur, donde se necesita una media de 250 a 300 mm anuales.

Embalses, al mínimo

Coincidieron con ese análisis los administradores de embalses de la región, pues el escaso caudal de las represas es la prueba más palpable de los problemas que enfrentan los agricultores por la falta de agua.

Según el presidente del embalse Recoleta, Luis Pizarro, los tranques están vacíos y la lluvia solo es \"un respiro\". \"Aquí no hay que sacar cuentas alegres. Esto es beneficioso, ojalá se repitiera, pero hay que esperar que pase el invierno\", añadió.

Para el administrador del embalse Puclaro, Álex Cortés, estas precipitaciones no terminarán con el problema de la prolongada sequía, pues al menos se requieren otras cinco lluvias intensas para recuperar la mitad del volumen del embalse.

Desde hoy se esperan heladas e incluso temperaturas bajo cero en las localidades de los valles interiores, principalmente en Vicuña, Pisco Elqui y Ovalle, fenómeno que se prevé que estará presente todo el fin de semana.

A juicio del investigador del Centro del Desierto de Atacama de la U. Católica Pablo Osses, \"la probabilidad de que este año se supere con creces el promedio anual de precipitaciones es muy alta\". Según el experto, se trata de las lluvias más intensas de los últimos años, impulsadas por el fenómeno de El Niño.

Afectados en el sur

Alto Biobío, Lonquimay y Curarrehue son las comunas más complicadas por las nevazones en Biobío y La Araucanía, donde preocupa la condición de los animales por la falta de forraje y el aislamiento de 9 mil personas.

En Alto Biobío, un helicóptero debió evacuar a una mujer y en las comunas afectadas se trabajó en el despeje de caminos con maquinaria de Vialidad.

En Lonquimay se priorizan las rutas para acceder a reparar el tendido eléctrico y recuperar la energía, dijo el alcalde Guido Barría. En esa comuna y Alto Biobío se entrega forraje para los animales, muchos de los cuales están perdidos en la nieve.

Guido Barría explicó que este año las nevazones provocan más problemas que en otras temporadas, \"porque la sequía del verano hizo que solo se cosechara un 40% de lo normal, lo que redunda en menor alimento guardado para el ganado\". Además, las nevazones fueron más tempranas, pues se esperaban para julio, y ya hay mucha nieve caída que no se derretirá.

En cuanto a los pasos fronterizos, solo están cerrados Los Libertadores (Valparaíso) y Pehuenche (Maule), mientras que están habilitados Mamuil Malal, Icalma, Pino Hachado (La Araucanía), Huahum (Los Ríos) y Cardenal Samoré, Futaleufú y Peulla (Los Lagos).


El balance final del sistema frontal que afectó casi toda la semana al centro sur del país -ahora pasó a Argentina- es de 1.709 damnificados.

Pronostican invierno “lluvioso” desde Copiapó hasta Puerto Montt

Se prevé que entre junio y agosto lloverá hasta 20% más en el centro y sur del país. Anuncio es observado con cautela por agricultores y sector eléctrico, para quienes se necesitan más años de precipitaciones.




 Luego de cuatro años de una sequía que ha castigado especialmente a la zona central del país -y que en regiones como Coquimbo se extiende a casi una década- la Dirección Meteorológica de Chile confirmó ayer un cambio de tendencia al anunciar que junio, julio y agosto serán meses “lluviosos” en gran parte del país, en los cuales precipitará en promedio un 20% más comparado con igual período de un año normal.

La zona lluviosa abarcará desde Copiapó, donde se espera que llueva un 46% más, hasta Puerto Montt, ciudad en la que habrá un 18% más de agua caída. En Santiago, en tanto, el pronóstico es que caigan 266 mm de lluvias, lo que dejaría atrás el 4% de déficit actual.

El cambio estaría asociado a la llegada de El Niño, cuya presencia estaría confirmada por los centros de pronósticos de países como Australia, EE.UU., Japón y Europa, entre otros. El jefe de la Sección de Meteorología Agrícola, Juan Quintana, precisa que si bien en las últimas cinco semanas se ha observado un aumento de la temperatura del océano Pacífico en 0,5°, es necesario que esta condición se mantenga durante tres meses para que oficialmente comience este fenómeno.

“Ahora estamos en una etapa preliminar (…) también hay que esperar que la atmósfera empiece a reaccionar y eso ha pasado muy poco”, indicó. Con todo, confirmó que las lluvias de principios de mes “se podrían interpretar como una señal asociada a ‘El Niño’”.

Agricultores cautos

El anuncio, sin embargo, es observado con prudencia por los actores que directamente han sufrido los embates de la sequía. En la Comisión Nacional de Riego, aseveraron que si bien las lluvias representarían un alivio para los agricultores, “en ningún caso asegurará la disponibilidad del recurso en el mediano y largo plazo, producto del ciclo El Niño-La Niña”, en el que se alternan períodos lluviosos y secos.

Por ello, el Gobierno trabaja en un Plan de Embalses de distintos tamaños que permita aprovechar de manera más eficiente el recurso hídrico, especialmente en años con más precipitaciones.

La opinión es compartida por el secretario general de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Juan Pablo Matte: “El déficit de los embalses es tan brutal, que se van a requerir entre cuatro y cinco años para que se recuperen”. Asimismo, recordó que es necesario invertir en embalses, infiltración de napas de subterráneas y mejoramiento de los sistemas de riego. “No podemos esperar que San Isidro se acuerde de nosotros”, sostuvo.

En la Región de Coquimbo, donde la sequía se prolonga por nueve años, los embalses Cogotí y Recoleta se quedaron sin agua en marzo. Puclaro presenta un 4,6% del total de su capacidad, mientras que La Paloma acumula apenas un 2,4%.

Con el nuevo panorama, para el presidente del Embalse La Paloma (Provincia de Limarí), José González, “la proyección es notablemente mejor que en las últimas dos temporadas, porque estábamos con el embalse seco”. Eso sí, destacó que lo importante es la caída de nieve sobre los 1.000 metros en la cordillera, ya que aporta el 70% a 80% del afluente al embalse.

Más escéptico se muestra el administrador del Embalse Puclaro, Alex Cortés, quien subrayó que hasta la fecha “no hay ningún índice que pueda decirnos que va a ser un año más lluvioso que el año pasado o los años normales”.

Santiago Matta, dirigente de los regantes de la Tercera Sección del río Aconcagua (Quillota), es más optimista: “Ojalá que las precipitaciones permitan la acumulación de nieve en la cordillera, ya que los deshielos nos permitirían contar con agua por más tiempo y llegar a tener un año agrícola normal”.

Restricción Vehicular

Hoy no podrán circular en el Gran Santiago los vehículos catalíticos cuyas patentes terminen en 9 y 0. Sector eléctrico: son necesarios más inviernos lluviosos para generar un cambio
El cambio de tendencia en el régimen de precipitaciones este año fue recibido con mesura en el sector eléctrico, donde ven la noticia como una situación -si bien anhelada- sujeta a una serie de variables para que los efectos se hagan sentir.

Para Francisco Aguirre Leo, director ejecutivo de Electroconsultores, el hecho de que el país haya desarrollado una matriz termoeléctrica tan marcada en los últimos años lleva a que, aun cuando caiga mucho agua este invierno, “sea difícil desplazar toda la componente termo como en años anteriores, cuando esa componente era más pequeña”.

En ese sentido, afirmó que “lo que nos falta son centrales hidroeléctricas que permitan recaudar esta agua” y que, por lo mismo, el mayor efecto debería percibirse en aquellas zonas donde existen estas. “De Santiago al norte no produce ningún cambio, pero de las zonas asociadas a Concepción, sí”. También hizo ver que no basta con un puro invierno lluvioso. A modo de ejemplo, recordó que la laguna del Laja demora de tres a cuatro años en llenarse, “siempre y cuando no tenga una explotación enorme”.

La misma visión tiene el gerente general de la Asociación de Generadoras de Chile, René Muga, para quien la recuperación de los embalses es positiva, pero “es necesario al menos dos años de lluvias por sobre lo normal para recuperar los niveles”. “Hay dos cosas importantes. Primero, que se acumule el nivel de agua de los embalses, y segundo, que llueva en lugares donde se forma nieve para que se derrita después. La generación hidroeléctrica aporta en los meses más secos porque se producen los deshielos. Los costos marginales tienden a ser más bajos entre octubre y febrero por los deshielos”.

Decretan preemergencia ambiental por mala calidad del aire en Santiago

Los vehículos catalíticos con dígitos terminados en 9 y 0 no podrán circular hoy en el Gran Santiago, debido a que la Intendencia decretó preemergencia ambiental por la mala calidad del aire en la capital, debido a la alta concentración de material particulado grueso (MP10). La medida se suma a cuatro alertas ambientales consecutivas decretadas por la autoridad en los últimos días, y a una preemergencia ambiental por material particulado fino (MP2,5) registrada el sábado pasado (sin medidas asociadas, porque no existe un plan asociado a ese tipo de contaminante).

En lo que va del año, se han decretado 13 alertas ambientales y se han constatado cinco. La cifra es mucho mayor a las cinco declaradas y dos constatadas del año pasado. Este cambio se produce, según el experto ambiental de la Usach Ernesto Gramsch, por condiciones meteorológicas que no favorecen la ventilación en la cuenca de Santiago. Por ello, se prevé que este tipo de situaciones adversas sean recurrentes este invierno.