martes, 23 de junio de 2009

Las tareas pendientes en riego II

El problema estructural Actualmente el país posee un millón 200 mil hectáreas con riego. Pero sólo la mitad lo tiene asegurado. Son los campos que disponen de infraestructura de acumulación, por inversiones de los mismos privados, o están dentro de sistemas con embalses que permiten acumular el agua de los deshielos para la época de bajas lluvias, desde la primavera hasta entrado el otoño.

"Los embalses garantizan el agua de riego para los valles fértiles desde Camarones hasta el lago Laja. La mitad de la superficie que no tiene embalses obtiene recursos hídricos, cuando hay, directamente de los grandes cauces, a través de complejos sistemas de conducción, grandes bocatomas, sifones, compuertas y marcos partidores", explica Ramón Barceló, jefe de la División de Estudios y Desarrollo de la Comisión Nacional de Riego, CNR.

Sin embargo, los que no tienen sistemas de acumulación se quedan sin el recurso cuando más la necesitan.

"La estrategia sería acumular agua para que no se pierda. Tradicionalmente, el agua que llega en verano viene de la cordillera, del deshielo de la nieve, pero tenemos un tremendo déficit en obras de acumulación, por lo que mucha de esa agua se pierde yéndose directo al mar", señala Samuel Ortega, director del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología, Citra, de la Universidad de Talca.

En la CNR consideran que éste es un momento histórico, ya que por primera vez se están construyendo tres embalses al mismo tiempo, el Bato, en la IV Región; Convento Viejo, en la VI, y Ancoa, en la VII. Pero para las necesidades actuales todavía son pocos.

"En la VIII Región no existen embalses con fines de riego, toda el agua proviene directamente de lo existente en los ríos. Esto ha afectado seriamente la agricultura, tal como ocurrió en la última temporada donde no se pudo entregar a los cultivos el agua necesaria para obtener máximos rendimientos", señala el Dr. Luis Salgado, del Departamento de Recursos Hídricos de la Facultad de Ingeniería Agrícola de la Universidad de Concepción.

Aunque no hay cifras exactas, se calcula que la superficie con riego podría crecer en alrededor de 700 mil hectáreas. Claro que para eso, habría que mejorar uno de los problemas más graves que tiene el riego actualmente, la conducción.

"La mayoría de los canales en Chile no son pavimentados, por lo que el agua se filtra y se pierde en el camino. Las pérdidas pueden llegar al 60 o 70%. Focalizamos gran parte de nuestros recursos en pavimentación y revestimiento, pero se necesitarían alrededor 114 millones de UF, cerca de un tercio del PIB agrícola, para pavimentarlos todos", explica Nelson Pereira, secretario ejecutivo de la Comisión Nacional de Riego, CNR.

Más y mejores equipos

En Chile, el 84,5% de los recursos hídricos son para la agricultura, los países desarrollados como Estados Unidos, por ejemplo, destinan el 75%, lo que es una muestra de cómo, a pesar de los esfuerzos, los recursos no se aprovechan a cabalidad.

"La mayoría de los países con agricultura de riego usan 5.000 cc por hectárea al año y aquí estamos sobre los 10 mil", señala Luis Gurovic, experto en riego de la Universidad Católica.
De acuerdo con el censo agrícola de 2007, la superficie con riego tecnificado aumentó de 92.000 hectáreas en 1997 a 304.000, principalmente por el aporte estatal de la Ley del Riego; no obstante, el 70% de la superficie en Chile se sigue regando mediante riego tendido, sistema con el que se aprovecha un muy bajo porcentaje del recurso.

"Las pérdidas son muy altas y esto está relacionado directamente con las formas en como se aplica el agua al suelo. Actualmente, gran parte de los cultivos se riega todavía mediante tendido el cual tiene una muy baja eficiencia, no superior al 25 a 30%; es decir, es una metodología en la que las pérdidas son muy altas y, por tanto, debe ser erradicada de nuestras costumbres. Esto puede mejorarse considerablemente si se incorpora más tecnología a través de riego mecánico, mayor aspersión y microrriego de goteo por cintas, que son sistemas de alta eficiencia" señala Luis Salgado.

Según los especialistas, se requieren de 400 mil y 450 mil hectáreas más con riego tecnificado para que Chile sea potencia alimentaria. Ese es uno de los factores que permitirían mejorar productividad y calidad de los productos. sólo en trigo, el tener o no riego puede significar una diferencia de 20 quintales por hectárea.

Cómo enfrentar los desafíos Poder avanzar en esto significa mucho más que sólo invertir en infraestructura. Implica un cambio de mentalidad de los agricultores, especialmente en las zonas donde el riego tecnificado aún no está internalizado. La manera en que se intenta avanzar en una mayor incorporación de equipos y obras a nivel de campo, para que se modernice la forma de regar en Chile y se haga un uso eficiente del agua, es mediante la Ley 18.450 de Fomento al Riego y Drenaje, que subsidia hasta el 75% de la inversión desarrollada por los agricultores, mediante la modalidad de concursos. En el Congreso se discute un proyecto que la amplía hasta 2022 e introduce importantes avances, aunque varios de ellos generan polémica.

El tema pasa también porque dentro de las asociaciones de regantes el agua no se reparte de acuerdo a las necesidades, sino de la cantidad de acciones que cada cual tiene, lo que genera que de la VI Región al norte, por ejemplo, donde la mayoría de los derechos de agua ya están asignados, el recurso se desperdicie. "El agua debería repartirse de acuerdo a las necesidades específicas de cada especie, como se hace en Israel, donde se efectúa un estudio de cuánta agua se necesita por cada cultivo.

Si se consume más, se paga, pero eso no depende de la cantidad de acciones que se tengan, pues aquí puede haber alguien que no necesariamente requiera todo el volumen al que tiene derecho, lo que lleva a que parte del recurso se pierda", explica Samuel Ortega Respecto de cómo optimizar la eficiencia del uso del agua, existen múltiples posiciones.

Incluso se ha hablado de nacionalizar o estatizarla. Para otros, la solución podría estar en imitar lo que hace el resto del mundo (ver recuadro); incluso no faltan los que postulan cobrar por su uso. "Estamos muy atrasados tecnológicamente en términos de riego, y la causa es que el agua no tiene precio. En California, como en el resto del mundo, se cobra por la cantidad de agua que usa cada agricultor, mientras que en Chile lo único que se paga es un derecho para mantener limpios los canales. Cuando un insumo te empieza a costar, lo cuidas más y lo trabajas de forma más eficiente", explica Luis Gurovic.

Baja modernización

El 10% de las tierras dedicadas a la agricultura cuenta con riego. Son un millón 200 mil hectáreas. De aquí sale el 60% del valor agregado agropecuario y el 80% de las exportaciones agrícolas no agroindustriales. De ellas, sólo el 8% tiene riego tecnificado.

Fuente: "El Mercurio"

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece muy interesante este sitio de riego, www.pyrargentina.com.ar, puede ser una manera de reconvertir bastantes hectáreas, saludos, Ernesto