martes, 23 de junio de 2009

construcción de embalses La salvación para las sequías

Para ser potencia alimentaria, Chile aumentar la capacidad de su infraestructura acumulación en 1.200 m3. En la IX Región avanzan través de microembalses.

Actualmente, si se suma la capacidad de los embalses de riego que tiene Chile, se llega a 4.000 millones de metros cúbicos de agua. Según los estudios de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), para llegar a ser potencia alimentaria el país debe sumar alrededor de 500 mil hectáreas de riego seguro -con embalses- al millón doscientas mil ha de riego que hoy existen.

Es decir, se necesita que la capacidad de embalses crezca en alrededor de 1.000 a 1.200 metros cúbicos. Sumando la capacidad de los tres que actualmente están en construcción y un cuarto que aún no se comienza a construir, en tres años de los requerimientos, a un costo aproximado de US$ 325 millones.

"Convento Viejo en la VI Región y El Bato en Illapel están virtualmente construidos. Ancoa en la VII Región está en un 20% de su construcción y esperamos poder iniciar el embalse de Chacarillas en la V Región durante este año. Además, reparamos embalses que estaban bastante dañados, como el Tutuvén en la VII, el Caritaya en la XV y Culimo en la IV Región. Sumando todo eso podríamos llegar a 410 millones de metros cúbicos, en tres años aproximadamente", explica Juan Antonio Arrese, director de Obras Hidráulicas.

Si las cosas marchan todas bien, el total de los requerimientos podría estar listo en 2015. Sin embargo, a veces hay más buenas intenciones que las que se concretan. Basta ver lo que ha ocurrido con Convento Viejo: lleva casi 50 años en proceso de concretarse.

Si bien la construcción de los embalses toma entre tres a cuatro años, el proceso desde que se piensa hasta que se ejecuta la obra puede tomar entre 30 y 40 años, no sólo por la inversión sino por la envergadura del proyecto. Por ejemplo, el de Chacarilla tiene un costo de US$ 70 millones e implica 7 mil hectáreas intervenidas. Sin embargo, el cambio climático, la posibilidad de que aumente la temperatura y que las sequías se hagan más largas, han convertido la construcción de embalses en prioridad para el Ministerio de Obras Públicas. A lo que se suma el cambio de mentalidad de las asociaciones de regantes, que ya tomaron el peso de la situación y están dispuestos a pagar su parte.

"Para ser potencia alimentaria no sólo se tiene que tener agua, sino seguridad de ella. Los embalses son la mejor forma de dar esa seguridad, así lo entienden los regantes. Al tomar conciencia de que tienen que pagar lo que les corresponde, facilita que el Estado asigne recursos", explica Juan Antonio Arrese. Entre los próximos embalses a construirse (ver recuadro), Punilla, combina una tendencia mundial: ser multiuso. Es decir, no sólo se trataría del embalse de riego más grande después de la Paloma, con una capacidad de 620 millones de metros cúbicos, -la Paloma tiene 700- sino que también se aprovecharía su potencial hidroeléctrico. "Punilla, además de riego podría generar cerca de 100 megawatts. También se está pensando que en algunos casos, los embalses podrían ser un sostén de agua potable rural", señala Arrese.

La IX Región busca solución

Aunque ha sido una de las zonas más afectadas por las últimas sequías, la Región de la Araucanía tendrá que esperar para contar con un embalse, pues si bien se realizó un estudio para identificar la factibilidad de distintas zonas para construirlos, su concreción está dentro del Programa de Infraestructura de Riego para 2020, junto con el Canelillo en la IV Región y el Chironta en el río Lluta, en Arica. Sin embargo, en la zona buscaron una solución para enfrentar el creciente déficit de aguas-lluvias: una red de micro embalses -de uno a cien millones de metros cúbicos de agua- que permitirían acumulación temporal de las lluvias invernales para destinarlas al riego agrícola en primavera, otoño y verano.

Para ello la Dirección de Obras Hidráulicas regional identificó 70 sitios, fuera de tierras indígenas, como posibles ubicaciones. De ellos fueron seleccionados Loncoche, Traiguén y Collipulli para completar estudios de factibilidad y diseño que permitan su construcción en los próximos diez años. Las represas tendrán un costo de US$20 millones y serán las primeras de ese tipo que se planean construir en el sur, subraya el director de la DOH de la IX Región, Claudio Rojas Ayala. Esto es crucial para la agricultura de la zona. "Con las sequías recurrentes hay que empezar a estudiar las alternativas que tener un riego permanente para asegurar los cultivos", recalca Rojas.

Con los microembalses se busca regular el recurso hídrico y operarlo de una manera oportuna y eficiente en distintas épocas del año. La ejecución de estas infraestructuras depende del grado de organización que tengan las asociaciones de regantes, canalistas y agricultores. "Es determinante para que el estado invierta y luego traspase su administración a los propios usuarios, como ya ha ocurrido en el norte del país con los embalses interanuales", dice el representante de la DOH local.

Fuente: "El Mercurio"

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