miércoles, 6 de mayo de 2009

El pelillo se transformará en fármacos, cremas y alimentos

El "pelillo" se transformará en fármacos, cremas y alimentos

Un grupo de científicos chilenos trabaja para darles valor comercial a estas algas que tanto molestan a los bañistas que visitan las playas nortinas.

COQUIMBO.– La mayoría de los turistas que visitan la playa de La Herradura, en Coquimbo, simplemente las detesta. Son esas miles de algas que se descomponen esparcidas como una alfombra sobre la arena dando mal olor y causando una desagradable sensación al pisarlas.

Pero no es esa la mirada que tiene un grupo de científicos de la U. Católica del Norte, quienes ven en la gracilaria (conocida como "pelillo") y la ulva un auténtico "oro verde". Ellas serán la materia prima para elaborar productos tan variados como cremas para la piel, alimentos gourmet y fármacos.

Puesta en valor

Para ello formaron el Centro de Investigación y Desarrollo en Algología Aplicada (CIDTA), iniciativa que recibió $600 millones del programa Innova de Corfo. Su director, el biólogo marino Mario Edding, explica que, además de explotar comercialmente este recurso, el proyecto también busca contribuir a descontaminar La Herradura, pues los pescadores verán en estas especies un producto valioso.

Las algas, dice Edding, tienen algunas moléculas similares a las de los animales y su uso "permite rejuvenecer la piel con cremas, detener las infecciones del sida, evitar trombosis o mejorar la calidad de vida de una persona, por las proteínas que poseen".

Las algas son extraídas del mar para ser cultivadas en tanques especiales. Luego se secan y recién entonces es posible trabajar con ellas. En los primeros análisis descubrieron que ciertos compuestos moleculares de las algas "ayudan a los procesos de la memoria y reparan el daño neuronal", cuenta Edding.

En el área médica, el equipo está estudiando sus propiedades contra la hipertensión y los trastornos neurodegenerativos. "Determinaremos cuáles tienen efecto sobre esos males a través de una prospección farmacológica", explica el fisiólogo Fernando Moraga.

Si confirman su utilidad contra esos males, el plan es crear un extracto que contenga el componente farmacéutico y luego el fármaco. "Tendríamos que vender la fórmula a empresas, pues la universidad no tiene capacidad para producirlo", añade.

Los científicos incluso piensan aportar a la industria alimentaria: "Todo lo que tiene que ver con pigmentos, proteínas y vitaminas, pero también las algas gourmet, mercado en que sólo una hoja vale $6 mil", dice Edding.

Fuente: "El Mercurio"

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