El país está a años luz en términos de infraestructura de acumulación, lo que impacta directamente en el agro.
PATRICIA VILDÓSOLA ERRÁZURIZ En Chile no hay sequía. Al menos no la que existe en otros países. Quedó claro ya en la inauguración del Sexto Foro Mundial del Agua, hace unas semanas, en Marsella, Francia, cuando los hermanos Mai Walette, de tímidos 13 años, y Sid Ahmed Ahmouden contaron de su vida en un pueblo agrícola de cinco mil habitantes en Mali, África. Ella pidió que los escuchen y él preguntó "¿Saben ustedes lo que es la sed? Pero no la que seca la boca después de un festín, sino la sed que te raspa de dolor la garganta tras tres horas de espera frente a un pozo. La que quema las entrañas cuando se toma el agua salada y sucia que se logra juntar después de la única lluvia del año. La que angustia cuando se ve cómo los animales van muriendo después de meses de sequía". Está claro que en Chile nadie sabe lo que es esa sed. Porque en el país, según las cifras que dio el ministro de Obras Públicas, Laurence Golborne, en el mismo foro, tiene el 98% del país urbano y el 90% del rural, con agua potable.Pero, independiente de que la escasez hídrica en Chile no impacta la seguridad alimentaria del país, no se puede obviar que existe ni que ya está empezando a frenar el desarrollo. Sin embargo, el principal problema es cómo hacer un uso y manejo adecuados del recurso para que no se siga desperdiciando. El Foro Mundial del Agua fue una buena panorámica para ver precisamente cuál es la situación global y cual la de Chile. El país estuvo presente con el ministro Laurence Golborne, como representante oficial, y con especialistas de organismos como la Dirección General de Aguas y de la Comisión Nacional de Riego. Mauricio Riesco, asesor del director de la CNR, quien estuvo en Marsella, explica que el encuentro mundial. "Nos permitió ver que, en general, estamos muy bien alineados con los criterios a nivel mundial de eficiencia hídrica, pero que tenemos áreas, como el manejo integrado del recurso hídrico y la infraestructura, donde hay que trabajar", cuenta.En la declaración de ministros del Foro se concluyó que el acceso al agua es un derecho humano. "Eso se puede extrapolar a la necesidad de construir infraestructura en Chile, porque ello garantizaría el acceso al agua a todos los sectores. No sólo de las grandes empresas, sino para los pequeños mineros, agricultores, todos. Es decir, no sólo garantizamos el agua para el uso más básico, sino que aseguramos de forma más potente el derecho humano de todos los actores en el tema hídrico", dice Riesco. Lo Que hayUno de los temas fundamentales del foro fue la escasez de agua que se ha transformado en un tema de seguridad alimentaria, en muchos países, especialmente de África, India y en algunas partes de China, donde no hay agua ni siquiera para producir los alimentos que requieren. Claramente no es la situación de Chile. También quedó en evidencia que está muy avanzado en el manejo de sus aguas servidas. Con la próxima puesta en marcha por parte de Aguas Andinas de la planta Mapocho de tratamiento, el país tendrá el 100% de sus aguas urbanas tratadas. Y ello tiene impacto en el agro, como se viene viviendo desde hace ya varios años, pues implica que no hay riesgos de que las producciones de hortalizas y frutas sean fuente de transmisión de enfermedades entéricas.Donde sí se vio que había camino por recorrer fue en infraestructura, especialmente de acumulación superficial, donde Chile está atrasado en casi 50 años en inversiones de acumulación. "Nos dimos cuenta que estamos absolutamente en el subdesarrollo en esta materia", comenta Riesco. Es la falta de este tipo de instalaciones lo que lleva a que en el país se pierda casi el 84% de las aguas que llueven. Pero, además, el tema es clave, especialmente con cara a los cambios que vive el clima donde no sólo disminuye el volumen de las lluvias, sino que caen concentradas en menos tiempo. Por lo mismo India, por ejemplo, contempla acumular en grandes embalses 200 billones de metros cúbicos en un plan de infraestructura de 32 grandes embalses que pretenden desarrollar en el mediano plazo. Sólo en infraestructura de canales consideran concretar 9 mil 600 kilómetros. Algo similar es lo que mostró China. En el gigante asiático, desde 1949 hasta hoy han construido 87 mil embalses. Está bien, esos dos ejemplos son verdaderos gigantes, con necesidades y recursos distintos a los de Chile. Pero, también hay países más chicos, como Marruecos -con un PIB per cápita más cercano al chileno- que han invertido muy fuerte en infraestructura hídrica. "En ese país evaluaron el déficit hídrico y el riesgo que esto les generaría de aquí al año 2030. A partir de eso establecieron una nueva estrategia hídrica con énfasis en el manejo de la demanda promoviendo el uso eficiente del recurso. Y tienen un plan en que se comprometen 130 embalses, con capacidad para 17,5 billones de metros cúbicos", cuenta Riesco. . En esta materia en Chile se está avanzando. Aunque lentamente. En realidad este Gobierno se ha puesto "las pilas" y de hecho, el ministro Golborne, en conjunto con el ministro de Agricultura, Luis Mayol, anunció un plan, para completar al final de la década 4 embalses, de los cuales ya hay dos construyéndose. De hecho, en Obras Públicas están empeñados en conseguir que la capacidad de embalsado de agua sea de 4.223 millones de metros cúbicos en 2015 (era de 4.090 millones en 2008) y alcance los 5.584 millones en 2021, cuando el sistema contaría con 15 nuevos embalses. Asimismo, se está trabajando -desde Obras Públicas y desde Agricultura- para el tema de la infiltración de los acuíferos materia que en el foro también apareció en distintas instancias y que el ministro Golborne analizó -además del tema de la desalinización- con especialistas israelitas y españoles. Es decir, la mirada está puesta en buscar soluciones para que la escasez hídrica -que en zonas como Copiapó se ha vuelto extrema- deje de ser una amenaza. Y eso pasa por cómo se maneja el recurso.
"Lo que se vio es que se vuelve urgente el manejo integrado del uso del recurso. Y en Chile lo que falta es tener un correcto manejo del recurso hídrico, falta hacer un trabajo en este concepto, los distintos sectores productivos tienen que aprender a aunar fuerzas para enfrentar el problema y superarlo. Se está avanzado. Por ejemplo, con el tema de la siembra de nubes se logró poner de acuerdo a los distintos sectores productivos. Quizá deberíamos establecer el concepto "Integrated Water Resource Management". Es un concepto que se tocó mucho en el foro y sería bueno asentarlo más desde la institucionalidad pública", recalca el especialista.Quedó claro, por ejemplo, que en los proyectos de los distintos países se privilegia la construcción de embalses multipropósitos, es decir que se orientan a responder las necesidades del agro, la generación energética y otras actividades productivas. En el país también se está haciendo algo. "Tenemos un manual de construcción de grandes obras en que uno de los puntales es que tienen que construiirse con objetivos multipropósitos y se tienen que reunir los distintos sectores y ponerse de acuerdo en cómo administrar esas aguas", explica el experto de la CNR.La gran diversidad de asistentes al encuentro posibilitaba que en las reuniones se generara debate que incluyera las distintas posiciones, incluidas las de organismos verdes. "Llamó la atención en un foro sobre sustentabilidad y construcción de obras de embalse, un representante de una ONG que tenía una postura muy crítica, por los efectos ambientales que podían tener. Estaba como panelista un ex ministro de India del tema y le dijo "Mira los embalses no son un invento del hombre. Existen desde antes que existiera el hombre, en los glaciares, en las nieves eternas, en los acuíferos, en los lagos. El problema hoy es que con los naturales no se da a basto para satisfacer las necesidades de las 7 mil millones de personas", cuenta Riesco.Algo similar pasó en una reunión de la Ocde, donde el ministro Golborne estaba como el invitado principal para mostrar la realidad de Chile. En la oportunidad una autoridad de otro país, que abogaba porque el agua no tuviera costos, comentó "el agua es un don que Dios puso para la disponibilidad de todo". A lo que Golborne respondió -sacando aplausos- que efectivamente es un don de Dios, pero "que lo puso en lugares donde no llega a todos y que por ello es necesario de trasladarla hasta donde está el hombre y, eso tiene un costo que hay que pagarlo". Otro tema que se vio en el encuentro fue el de control de crecidas, como uno de los temas claves en el uso de la infraestructura hídrica. "En Chile hay muy poco y es urgente trabajar en ello. Se vio con lo que ocurrió recién en Punta Arenas y en Tarapacá. A mi parecer faltaría un plan de construcción de este tipo de obras y son conciliables con las que benefician a los distintos sectores", sostiene Riesco. Quizá Chile no tiene el problema que viven en países como Mali. Pero, sí tiene que responder al llamado que hicieron los hermanos. "Les pido que la reunión no sea sólo para hablar, sino que aporten soluciones. Verdaderas soluciones, no de las de palabras, que se olvidan tan pronto termina el encuentro, sino de actos que verdaderamente aseguren el agua para todos, para nosotros también". 18 paneles diario para analizar los problemas del agua se realizaron en el Foro.
"Lo que se vio es que se vuelve urgente el manejo integrado del uso del recurso. Y en Chile lo que falta es tener un correcto manejo del recurso hídrico, falta hacer un trabajo en este concepto, los distintos sectores productivos tienen que aprender a aunar fuerzas para enfrentar el problema y superarlo. Se está avanzado. Por ejemplo, con el tema de la siembra de nubes se logró poner de acuerdo a los distintos sectores productivos. Quizá deberíamos establecer el concepto "Integrated Water Resource Management". Es un concepto que se tocó mucho en el foro y sería bueno asentarlo más desde la institucionalidad pública", recalca el especialista.Quedó claro, por ejemplo, que en los proyectos de los distintos países se privilegia la construcción de embalses multipropósitos, es decir que se orientan a responder las necesidades del agro, la generación energética y otras actividades productivas. En el país también se está haciendo algo. "Tenemos un manual de construcción de grandes obras en que uno de los puntales es que tienen que construiirse con objetivos multipropósitos y se tienen que reunir los distintos sectores y ponerse de acuerdo en cómo administrar esas aguas", explica el experto de la CNR.La gran diversidad de asistentes al encuentro posibilitaba que en las reuniones se generara debate que incluyera las distintas posiciones, incluidas las de organismos verdes. "Llamó la atención en un foro sobre sustentabilidad y construcción de obras de embalse, un representante de una ONG que tenía una postura muy crítica, por los efectos ambientales que podían tener. Estaba como panelista un ex ministro de India del tema y le dijo "Mira los embalses no son un invento del hombre. Existen desde antes que existiera el hombre, en los glaciares, en las nieves eternas, en los acuíferos, en los lagos. El problema hoy es que con los naturales no se da a basto para satisfacer las necesidades de las 7 mil millones de personas", cuenta Riesco.Algo similar pasó en una reunión de la Ocde, donde el ministro Golborne estaba como el invitado principal para mostrar la realidad de Chile. En la oportunidad una autoridad de otro país, que abogaba porque el agua no tuviera costos, comentó "el agua es un don que Dios puso para la disponibilidad de todo". A lo que Golborne respondió -sacando aplausos- que efectivamente es un don de Dios, pero "que lo puso en lugares donde no llega a todos y que por ello es necesario de trasladarla hasta donde está el hombre y, eso tiene un costo que hay que pagarlo". Otro tema que se vio en el encuentro fue el de control de crecidas, como uno de los temas claves en el uso de la infraestructura hídrica. "En Chile hay muy poco y es urgente trabajar en ello. Se vio con lo que ocurrió recién en Punta Arenas y en Tarapacá. A mi parecer faltaría un plan de construcción de este tipo de obras y son conciliables con las que benefician a los distintos sectores", sostiene Riesco. Quizá Chile no tiene el problema que viven en países como Mali. Pero, sí tiene que responder al llamado que hicieron los hermanos. "Les pido que la reunión no sea sólo para hablar, sino que aporten soluciones. Verdaderas soluciones, no de las de palabras, que se olvidan tan pronto termina el encuentro, sino de actos que verdaderamente aseguren el agua para todos, para nosotros también". 18 paneles diario para analizar los problemas del agua se realizaron en el Foro.
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