miércoles, 11 de abril de 2012

YATE BRASILEÑO NAUFRAGA CON 8 MIL LITROS DE COMBUSTIBLE FRENTE A BASE ANTÁRTICA CHILENA


Los cuatro tripulantes fueron rescatados por la Armada en bahía Fildes, tres días antes del hundimiento y en medio de ráfagas de viento de hasta 100 kilómetros por hora.  

ROLANDO MARTÍNEZ VERGARA 
Un abrupto final tuvo la expedición que cuatro tripulantes brasileños desarrollaban en la Antártica a bordo del yate "Mar sem fim", de 20 metros de largo y avaluado en casi 700 mil dólares, unos 339 millones de pesos.
Los fuertes vientos y el hielo provocaron que la nave (construida en 1995 en Brasil) se hundiera en la madrugada del sábado, cuando estaba fondeada en bahía Fildes, frente a isla Rey Jorge y a 1.200 kilómetros al sur de Punta Arenas.
Los cuatro tripulantes (Joao Lara, periodista y capitán del yate; Plinio Romeiro Junior, Alonso Goes y Manoel de Souza) salvaron con vida porque fueron evacuados desde la cubierta del yate por personal de la Gobernación Marítima Antártica de Chile, en la tarde del miércoles.
En la noche del sábado viajaron desde la Base Frei Montalva a Punta Arenas y hoy retornan a Brasil. "Fue una maniobra arriesgada la que ellos hicieron por nosotros. Estoy admirado, porque manejaron la situación de manera controlada cuando el viento era muy fuerte", destaca Joao Lara al recordar el rescate.
No obstante el éxito de la maniobra, el temporal de viento y la presión de los hielos terminaron por hundir el yate.
El gobernador Marítimo en la Antártica, capitán de fragata Eduardo Rubilar, precisó que el yate zozobró debido a una compresión de hielos y a las adversas condiciones climáticas, con rachas de viento que alcanzaron velocidades de unos 100 kilómetros por hora.
Para Joao Lara, la principal preocupación ahora es evitar un impacto ambiental porque hay 8 mil litros de petróleo diésel almacenados en los estanques de la embarcación. "Ese es el principal problema hoy. Qué hacer para evitar que eso se derrame, aunque yo sé que hay una gran posibilidad de que eso quede adentro, porque el barco quedó muy bien sellado y el área del estanque está bien aislada", sostiene el navegante.
La expedición a bordo del "Mar sem fim" comenzó en los primeros días de marzo. El 13 llegaron a la isla Decepción, donde la nave tuvo fallas mecánicas en el sistema de transmisión y se dañó una de las palas de los dos timones que posee. El propio Joao Lara buceó y realizó las reparaciones provisorias.
"Ahí les dije a mis compañeros que veía poco probable que terminemos con el yate en Ushuaia (Argentina), nuestro puerto de destino. Mis compañeros me dijeron que era dramático que pensara así", recuerda.
Tras las reparaciones, navegaron con capacidad limitada hasta bahía Fildes, donde fondearon a comienzos de semana. Pasaron dos días con los motores funcionando y luchando para que el viento no los dejara a la deriva o perdieran el ancla.
Documental
Pero el cansancio y la tensión fueron tales, que pidieron la ayuda a los marinos chilenos. El pronóstico de vientos más fuertes, de 60 a 80 nudos, obligó a los cuatro brasileños a abandonar la nave. "Decidimos anclar el barco con dos anclas y lo dejamos cerrado. Nos llevaron a Fildes para dormir con seguridad. Si seguíamos en el yate arriesgábamos nuestras vidas", dice Lara.
A la Antártica habían llegado para filmar un documental sobre la navegación y el paisaje, que luego venderían a productoras de su país. En 2009, el mismo equipo ya había hecho documentales en la zona austral, por lo que ahora pensaban terminar el ciclo en este viaje.
Para Joao la historia no ha terminado: "Es un dolor horrible sentir que se perdió la nave, pero mi principal preocupación era la vida de toda la tripulación. Gracias a Dios todos regresamos pronto sanos y salvos".
MONITOREO
La Armada vigilará el sector ante un posible derrame. El próximo verano, en tanto, se intentará reflotar el yate.

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