Los científicos de la NASA y de otros organismos monitorean el área para captar el rompimiento. Los hielos adelgazan a una velocidad de hasta siete metros por año, dice un estudio publicado en Nature.
Richard García
Los científicos están atentos al mayor desprendimiento de hielo en la Antártica de los últimos tiempos y que tendrá lugar en la boca del glaciar Isla Pine. Según se informó ayer, durante la conferencia de la unión de geociencias europea, que se desarrolla en Viena, se espera que el iceberg resultante sea de un tamaño cercano a los 700 kilómetros cuadrados, un poco menor a la superficie del lago Llanquihue. Se trata del tercer desprendimiento de importancia que ha ocurrido en la Antártica occidental en los últimos diez años y por eso los expertos están muy atentos.
Desde que la fractura se descubrió en octubre pasado, ya se extiende por 287 kilómetros de longitud.
En pocas semanas
El que se desprenda rápido o no depende de la conectividad con el resto de la plataforma. "Ya quedó en evidencia que hay una fractura bastante considerable, es prácticamente la crónica de una muerte anunciada", dice Ricardo Jaña, glaciólogo del Instituto Antártico Chileno (Inach).
Reconoce que son eventos que pueden precipitarse en pocas horas. Cuenta, por ejemplo, que en 2008 en la plataforma de Wilkins en apenas un mes se había desprendido buena parte del frente de una sección de casi 14 mil kilómetros cuadrados que unía las islas Charcot y Latady, área situada al este del actual desprendimiento. "Aunque el fenómeno completo se prolongó por cerca de un año, el colapso se produjo en muy pocas semanas". Eso sí, la superficie se dividió en cientos de témpanos.
Algo similar ocurrió en 2002 con la plataforma Larsen B. Allí colapsaron 3.250 kilómetros cuadrados en pocos meses.
"Son fenómenos sin vuelta atrás. No puedes unir una sección que ya se ha fracturado y que tiene muy pocos puntos de apoyo", dice Jaña.
El retroceso de los hielos antárticos preocupa en particular a los investigadores, especialmente en su parte occidental, que incluye el territorio situado entre los 90 y 53 grados de longitud reclamados por Chile.
Hoy la revista Nature publica un estudio realizado por el British Antarctic Survey entre 2003 y 2008 que analizó la velocidad de adelgazamiento de las distintas plataformas heladas. Concluyeron que la zona donde se está produciendo en forma más acelerada es en las costas de los mares de Wedell y Bellinghausen, donde la velocidad es de casi siete metros al año. Es la misma área donde se sitúa el glaciar Isla Pine.
Otra conclusión del estudio es que el adelgazamiento no es tanto por el aumento de la temperatura ambiente, sino por el calentamiento de las corrientes en aguas antárticas.
Ojos en el Villarrica
Los glaciares locales también interesan a los especialistas. El Centro de Estudios Científicos de Valdivia (CECS) acaba de realizar un monitoreo de los 40 kilómetros cuadrados de hielo de 200 metros de espesor existentes en el volcán Villarrica. "Con un sistema de radar aéreo colgando de un helicóptero hicimos allí la primera medición de espesor del hielo desde el aire", destaca Andrés Rivera, glaciólogo del CECS que participó en el estudio. El hielo del Villarrica es importante por su valor turístico, pero también porque cuando ocurren erupciones constituye una masa importante de agua que puede generar problemas. "Las muertes tras una erupción aquí no están relacionadas con la lava, sino porque ésta derritió el hielo y generó un lahar (especie de aluvión) que afectó a la población de Coñaripe", explica el experto.
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