Ya sea peces, mariscos o algas, el agua puede ser una superficie de cultivo tan atractiva como la tierra. Y desde sus productos pueden surgir aportes para el agro.
Las especies que resultan interesantes de mirar son las algas. Estas "plantas" acuáticas tienen usos que van desde producir aditivos para alimentos, cosméticos, medicina, alimentación animal, materia prima para biocombustibles e incluso como mejorador de los suelos agrícolas y potenciador de cultivos.
Desde mediados de los años 80 que en Chile se comenzaron a realizar actividades de siembra y cosecha de algas Gracilaria, utilizada para la producción de agar. Hoy día la producción de Gracilaria supera las 88 mil toneladas por año y, considerando la producción de agar, las exportaciones superan los US$ 20 millones, explica Alejandro Buschmann, director del centro I-Mar de la Universidad de Los Lagos.
En los últimos años se han sumado como cultivos comerciales microalgas como Spirulina y Haematococcus (unas 40 toneladas al año) y la macroalga Macrocystis, cultivada principalmente para alimentar abalones y hoy para abastecer una planta experimental para su transformación en bioetanol
Buschmann indica que los mercados de algas tradicionales de polisacáridos en la última década mostraron un crecimiento entre el 1 y 3% y que se espera que esta tendencia se mantenga. Sin embargo, la aparición de cada vez más países en el mercado está afectando los precios de la biomasa. De ahí que es clave invertir en investigación y desarrollo que permitan descubrir nuevas aplicaciones y valorizar el producto.
Productos para el agro
"Sólo a modo de ejemplo, el año pasado se publicó en la prestigiosa revista Science que los alginatos de algas pardas pueden ser utilizados para alargar la vida en baterías de litio. Esto, sin embargo, significa instalar capacidades que hoy no están disponibles en el país. Otra salida interesante son los biocombustibles, dado que su demanda será creciente muy especialmente en Chile, donde no tenemos muchas alternativas y los requerimientos que tendremos debido a que somos parte de la Ocde, por ejemplo, hará que no podamos obviar problemas asociados a nuestra huella de carbono, entre otros, y esto tiene una relación directo con biocombustibles", enfatiza Buschmann.
En el país e internacionalmente se están desarrollando investigaciones que buscan precisamente encontrar nuevos usos o agregar valor a la materia prima. Y aparecen algunos resultados interesantes, especialmente en algunos de los rubros relacionados con el agro o la alimentación humana.
Así, por ejemplo, un grupo de científicos del laboratorio de biotecnología marina de la Facultad de Química y Biologúa de la Universidad de Santiago, en conjunto con Siruis Natura, recientemente descubrió que algunos compuestos de las algas marinas rojas estimularían el crecimiento y desarrollo de plantas y árboles, por un aumento de la fotosíntesis y el metabolismo. Las pruebas demostraron que el oligo-carragenano kappa aumenta en 25% el crecimiento y desarrollo de eucaliptus en 25% (también tendría efectos similares en robles y coigües). Esto podría tener un alto impacto en la industria forestal, ya que acortaría el período de maduración de los árboles. El compuesto, además, protegería contra diversos patógenos.
En Fundación Chile, en conjunto con AEON BioGroup, desde hace poco más de un año trabajan en un proyecto para la "producción sustentable de aceite rico en DHA y otros compuestos bioactivos para aplicaciones alimentarias", que busca identificar cepas adecuadas para producir volúmenes importantes de ácidos grasos ricos en Omega 3 para alimentación humana.
Y en el laboratorio de Biodiversidad y Ecología Costera de la Universidad Católica del Norte tienen un proyecto donde buscan convertir los desechos de algas pardas en un producto que podría ser utilizado para mejorar la productividad de los cultivos, especialmente en sectores secos del norte.
En Alltech, empresa especializada en alimentación animal, producen algunas algas que luego utilizan como parte de sus compuestos alimenticios orientados a la alimentación del ganado. Su apuesta no es menor: la nueva planta para fermentación de algas, en Kentucky, EE.UU., está avaluada en US$ 200 millones. "Llevamos varios años trabajando en esta área y nuestra visión es que desempeñará un papel crucial en la nutrición y la salud tanto humana como animal", indicó Pearse Lyons, presidente y fundador de Alltech. La empresa está estudiando sus aplicaciones para los principales problemas de la producción animal, como mejorar la salud intestinal, protección contra bacterias patógenas, mejorar la función inmune, prevenir la absorción de microtoxinas y optimizar la de nutrientes.
Patricia Vildósola Errázuriz
Patricia Vildósola Errázuriz
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