martes, 20 de octubre de 2009

Cambio climático: estudio advierte a viñas chilenas desplazarse al sur

Informe encargado por la embajada británica sostiene que debido a alzas de temperaturas y baja en lluvias las empresas tenderán a desplazarse a regiones que no posean cambios tan extremos en el clima en el futuro. Empresarios cuentan cómo viven estas variaciones hoy y cómo se podrán adaptar en las próximas décadas.

José Guilisasti, uno de los propietarios de Viña Emiliana y gerente agrícola de la firma, asegura que desde hace 25 años está palpando el cambio climático en Chile. Cuenta, por ejemplo, que en los 80 viajó a la Región del Biobío para hacer las primeras plantaciones en un suelo hasta ese momento impensado para estos cultivos.

“En esa época no había condiciones, pero hoy las tenemos. Eso pasará en el futuro con nuevos territorios más al sur”, afirma.

La visión de uno de los fundadores de los vinos orgánicos en el país coincide con las conclusiones de un estudio que realiza la consultora Pricewaterhouse Coopers por encargo de la embajada británica en Chile: los terroir, o zonas que favorecen ciertas variedades de vinos por las características de su clima y suelo, tenderán a desplazarse a regiones más australes, por efecto de las duras variaciones climáticas que se avecinan.

Durante su visita a Chile en marzo, el príncipe Carlos de Inglaterra impulsó una línea de trabajo que busca apoyar a países socios para que tomen conciencia del fenómeno que viene, lo que incluye financiar esos análisis para sectores clave en su economía.

Así se llegó al informe. Este determinó que habrá un alza de temperatura de hasta 1,5 °C hacia 2050. En los siguientes 50 años se podría llegar a 4 °C. El panorama irá acompañado de una baja de 30% en las lluvias en la zona donde actualmente se centran los cultivos entre la IV y la VIII Región y una merma de 20% en los caudales de ríos.

Los efectos

Javier Obach, encargado del proyecto en Pricewaterhouse Coopers, dice que “se esperan desplazamientos de los cultivos debido a estos escenarios”. Además, sostiene que ello llevará a que se reprogramen los períodos de cosechas por el régimen de lluvias y calor. Por ejemplo, postergarlas de marzo a mayo. El clima incidirá en el tiempo de maduración de la uva, aroma, niveles de azúcar y acidez, entre otros.

Los científicos han recomendado a las empresas adaptarse a la nueva realidad, pero esta vez la industria ya se está preparando. Ello es impulsado por el Consorcios del Vino, entidad que reúne a 90 empresas.

La gerenta de la entidad, Elena Carretero, tiene una visión optimista: “Las condiciones de Chile son únicas. Es el país que tiene todos los climas en uno, no tiene problemas de recursos de agua. (...) Acá no hay problemas para trasladarte. Si ello se requiere, se pueden trasladar. El problema se podrá dar en países como Australia, que no tienen dónde irse”.

En busca de tierras

Pablo Morandé, presidente de Viña Morandé, otro de los miembros, cuenta que debido a las variaciones proyectadas “he visto predios a nivel personal en la orilla del lago Llanquihue, en la X Región”, y plantea que el uso de ciertos tipos de cepas podría variar en el futuro.

“Todo se afecta en la medida en que cambien las condiciones climáticas. Ya hubo un cambio, que quizás no lo hemos percibido. Tuvimos que sacar viñas de Casablanca que había plantado hace 25 años. (...) El mapa vitivinícola nacional puede modificarse, pero es una cosa paulatina”, explica el ejecutivo.

El análisis de la embajada británica plantea que se deben modificar las fechas de plantación, advierte sobre las plagas que aparecerían por las oscilaciones térmicas y aconseja mejorar genéticamente las vides para hacerlas más resistentes.

René Merino, presidente de Vinos de Chile, entidad parte del consorcio, dice que “de las dificultades se pueden sacar experiencias positivas”.

Fuente: "La Tercera"

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