martes, 8 de septiembre de 2009

Una necesidad para todos, una realidad para pocos

La Tierra está ocupada por agua en sus tres cuartas partes. Según los científicos, en nuestro planeta hay tanta agua que debería haber suficiente para todos. Pero pese a esto, hay más de 1.110 millones de personas que carecen de agua potable.

El consumo de agua es muy desigual en el mundo. Por ejemplo: un norteamericano promedio consume siete veces más agua que un africano medio y un europeo tres veces más que éste.

En una parte del mundo el acceso al agua es algo tan común que ha dejado de verse como una necesidad y en algunos casos ha pasado a ser un negocio, como ocurre con el agua embotellada, las piscinas y parques acuáticos y los spas y balnearios. Esto no es negativo, si somos libres de elegir si queremos pagar o no por beber agua embotellada o por bañarnos. El problema surge en los países donde el acceso al agua no es libre y la población se ve obligada a pagar grandes sumas por el acceso a un agua de poca calidad o a comprar agua embotellada proveniente de fuentes a las que debería haber acceso público.

Al negarle a millones de personas el derecho al agua, el saneamiento y la higiene, se les niega la posibilidad de desarrollarse, de vivir una vida saludable, de educarse, de trabajar y de contribuir a la prosperidad de sus familias y sus comunidades. Si el agua es un derecho, no poder acceder a ella es una injusticia.


Fuente: "Enredate"

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