miércoles, 24 de junio de 2009

Lo más nuevo en equipos de riego

Cada vez que en el mundo se lanza una tecnología para riego a los pocos meses ya se encuentra funcionando plenamente en Chile. Todas las herramientas que hoy revolucionan a los agricultores de países desarrollados, como estaciones meteorológicas, computadores con conexión satelital o cámaras de presión que determinan cuánta agua necesita la planta, se pueden encontrar en los campos chilenos. El único pero es que la penetración tecnológica aún es demasiado lenta y sólo llega a un reducido número de agricultores; el resto no tiene acceso, debido a desconocimiento, a falta de sistemas de extensión agrícola y a la limitada capacidad para invertir en infraestructura.

El cambio debe darse en todos los niveles del agro, ya que la tecnología aparece como la opción para enfrentar la disminución en las lluvias. De hecho, se estima que en los próximos años el agua disponible para riego bajará entre 30 y 40%. "Las inversiones en tecnologías de riego tienen dos componentes fundamentales, la inversión inicial en la adquisición del equipo o sistema de riego mejorado y los costos de operación.

Los beneficios obtenidos con el cambio de tecnología en términos de rendimientos, calidad de la producción, ahorro en mano de obra, ahorro en fertilizantes y herbicidas deben ser superiores a las inversiones y costos de la operación. En el 99% de los casos en que se cambiaron los sistemas de riegos tradicionales por tecnología superior el balance económico fue ampliamente favorable", explica Luis Gurovic, experto en riego y profesor de agronomía de la Universidad Católica.

En Chile la superficie que usa tecnologías para regar es de sólo un 8%. Ante este escenario el espacio para crecer que tienen las nuevas tecnologías es inmenso. "Lo que se está haciendo es aplicar las tecnologías de la información y de la comunicación en el riego para optimizar el uso del agua, lo que permite mitigar el impacto de la disminución de las lluvias. Esto aún no está muy expandido y está focalizado en regiones como la VI y la VII", dice Samuel Ortega, director del Centro de Investigación y Transferencia en Riego y Agroclimatología (Citra) de la Universidad de Talca.

Lo top en equipos Una de las herramientas más usadas en el mundo son las estaciones meteorológicas que, a través del monitoreo de las condiciones climáticas, pueden determinar el consumo exacto que requiere el cultivo. En Chile uno de los desarrollos de este sistema es impulsado por el proyecto "Servicio de Programación y Optimización del Uso del Agua de riego (SEPOR), que es gestionado por la Comisión Nacional de Riego (CNR)y por el Citra de la U. de Talca.

Se está aplicando en la VI y VII Región y consiste en un sistema informático que permite entregar en tiempo real a los productores información básica, como temperatura, humedad relativa, velocidad del viento, radiación solar, e información procesada como nivel de evapotranspiración y tiempos y frecuencias de riego (Ver infografía). "Los agricultores entran a la web con un password y acceden a toda la información que les permite programar minuto a minuto lo que necesitan rubros como frutales y viñas. Este sistema es lo que se viene ahora en riego en Chile.

En California, todos los agricultores utilizan esta tecnología y, según estudios, ya han ahorrado más de 6 mil millones de dólares en agua", explica Nelson Pereira, director de Comisión Nacional de Riego. A pesar de que en Chile el sistema es nuevo, ya se han hecho estudios que indican que se puede ahorrar entre 30 y 40% de agua y, además, se mejora la calidad de los productos al aplicarles la cantidad justa de agua. Por ejemplo, se llevó a cabo un ensayo en un viñedo comercial de 17 hectáreas de la Viña San Pedro, con la cepa merlot, donde se instaló una estación meteorológica, además de otros instrumentos como medidores de agua en el suelo.

El estudio determinó que el viñedo tenía dos sectores de riego que se diferenciaban por la expresión vegetativa y el crecimiento de las vides, además, se concluyó que una parte era más adecuada para los varietales y otra para los reserva. Con los datos arrojados por el estudio se estableció que el predio se regaría dos veces por semana y el tiempo de riego variaría según los datos meteorológicos que arrojara la estación. En el caso de la uva para vinos reserva se le aplicó estrés hídrico en un período determinado y controlado, lo que permitió mejorar el color del vino.

Para potenciar aún más el uso de estaciones meteorológicas, el Inia junto a la empresa Gescon trabajan en la centralización de la información que arrojan estos aparatos para que los agricultores puedan tener una visión más global. En todo caso, aún falta masificar este instrumento y para eso es necesario importar más estaciones meteorológicas, que tienen un costo aproximado de 12 mil dólares.

Fuente: "El Mercurio"

1 comentario:

Ernesto dijo...

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