Favero señala que la entrada de la australiana a Chile hará más competitivo el sector. "Creemos que ya que estamos entrando en el mercado energético chileno, habrá más competencia, lo que es saludable. Como compañía internacional, creemos que podemos ser un principio de desarrollo sustentable muy importante", dijo.
El ejecutivo señala que Origin Energy, que liderará el desarrollo del complejo, contempla la instalación de tres centrales, con una capacidad de 1.100 MW y una línea de transmisión. Para ello, ejecutivos provenientes de la matriz se integrarán a los equipos ejecutivos de Energía Austral.
Favero señala que ambas firmas tomarán la decisión de inversión una vez concluida la tramitación de los estudios de impacto ambiental. "Según el plan actual, que está sujeto a revisión de acuerdo con los estudios de viabilidad, sería para 2015-2016, y luego se espera que las operaciones se inicien en 2020-2021", dijo.
Trámite ambiental
Alberto Quiñones, gerente general de Energía Austral, señala que la firma espera que la situación de la zona de Aysén mejore, para continuar avanzando en los estudios de impacto ambiental de las centrales.
En el caso de la central Cuervo (la mayor de las tres, por 640 MW y una inversión de US$ 733 millones), éste se encuentra paralizado y a la espera de una nueva fecha de votación por parte de la autoridad, mientras que el de la central Blanco (360 MW) ya está en condiciones de ser ingresado a trámite ambiental. "Estamos esperando que la situación en Aysén se normalice. Es un planteamiento que nosotros mismos hemos hecho, y entendemos que una vez que el conflicto esté solucionado en toda su magnitud se procederá a la votación. Tenemos terminado en un 100% el estudio de la central Blanco, y en este proceso de acuerdo, ambas compañías acordaron esperar el ingreso de éste a evaluación ambiental", dijo Quiñones.
El ejecutivo indicó que esto podría ocurrir durante el primer semestre.
En el caso de la central Cóndor, la menor en tamaño de las tres proyectadas, el ejecutivo indica que el ingreso del Estudio de Impacto Ambiental se retrasará hasta mediados de 2013, en atención a una serie de modificaciones que se realizarán a la central, transformándola desde una represa a una central de pasada, lo que bajaría sus costos de construcción en unos US$ 50 millones.
"Cóndor está bajo una revisión importante, porque podemos cambiar la ingeniería a una central de pasada, que sería muy bueno, dadas las consideraciones ambientales que eso significa. Esta es una adecuación relativamente fácil. Sin duda hay una menor inversión, pero también tenemos que entender que se van a reducir los megawatts instalados, desde 54 MW podríamos pasar a 45 MW", dijo.
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