miércoles, 17 de marzo de 2010

En Haití ya fueron enterrados 25 mil cadáveres, mientras crece violencia y agobia escasez de agua

Efectos de terremoto del martes:
En Haití ya fueron enterrados 25 mil cadáveres, mientras crece violencia y agobia escasez de agua
Ayer fue encontrado el cuerpo sin vida del jefe de la ONU en el país, el tunecino Hedi Annabi, y dos de sus colaboradores. Aumenta la inseguridad en la isla caribeña.
El Primer Ministro haitiano Jean Max Bellerive informó ayer que 25 mil cadáveres fueron recuperados por las autoridades locales y ya se les dio sepultura, tras el violento terremoto del martes pasado.

Sin embargo, fuentes de rescate indican que entre los escombros podría haber entre 100 mil y 200 mil cadáveres.

Ayer el cuerpo del jefe de la misión de la ONU en Haití, el tunecino Hedi Annabi, fue hallado entre los escombros de su cuartel general en Puerto Príncipe, que se derrumbó durante el terremoto.

El Secretario General Ban Ki-moon dijo que también se hallaron los cadáveres del segundo de Annabi, el brasileño Luiz Carlos da Costa, y del jefe de policía interino Doug Coates.

A los miles de muertos, los escombros, la amenaza de epidemia y la creciente violencia, se suma un nuevo y grave problema en el golpeado Haití: la escasez de agua y la dificultad para repartir la que llega en la ayuda internacional.

Centenares de miles de ciudadanos necesitan desesperadamente agua potable, debido al daño causado por el sismo en el sistema municipal de distribución. Mientras tanto, los choferes de los camiones cisterna no pueden o no se arriesgan a salir a la calle a repartir su carga.

"Muchos conductores temen ser atacados si salen, otros han desaparecido en el desastre y otros siguen buscando a sus familiares desaparecidos", dijo Dudu Jean, un chofer de 30 años, quien fue atacado el viernes cuando llegó con su camión al suburbio capitalino de Cité Soleil, informó la AP.

La falta de agua es una de las mayores dificultades que encaran los haitianos, debido en parte a que los sobrevivientes están viviendo al aire libre todo el día, pese al calor, por temor a los temblores secundarios y a los edificios en mal estado. Mientras que la ayuda ha comenzado a llegar de todo el mundo, los suministros no son distribuidos con premura, agravando la ya explosiva situación.

Las autoridades y voluntarios se esfuerzan por llegar rápido con el agua, alimentos y medicinas, para evitar que aumente la escalofriante cifra de muertos.

Los pobres de Haití viven en viviendas precarias, sin agua potable, y sacan el agua para beber desde pozos públicos. La mayoría de la gente depende del agua que es repartida por camiones.

Desde el sismo, por lo menos una planta purificadora de agua fue clausurada ante la falta de electricidad. Las tuberías de la compañía municipal que da este servicio básico resultaron dañadas y no hay agua potable en Cité Soleil, donde habita más de un millón de personas.

Los grupos de ayuda, empresas y gobiernos de todo el mundo se han apresurado a satisfacer las demandas de todo tipo.

Oxfam contaba con agua embotellada en Haití, que quedó de la tormenta tropical de 2008, y ha logrado repartir tanques de 2.000 y 5.000 litros en la capital. Los mandos militares estadounidenses indicaron que los helicópteros trasladan agua y otros pertrechos desde el portaaviones USS Carl Vinson. La multinacional Procter & Gamble Co. despachó tres millones de paquetes purificadores de agua, junto con donaciones en efectivo para ayudar a las víctimas.

Al problema se suma que los comercios que cuentan con agua y alimentos no abren por temor a la violencia y los saqueos, que han aumentado desde el día del terremoto.

Los disparos al aire de la policía ahuyentan sólo unos minutos a grupos de haitianos que intentan una y otra vez entrar en tiendas del centro de Puerto Príncipe, señaló Reuters.

Centenares de tiendas, oficinas públicas y domicilios de la capital fueron saqueados ayer ante la impotencia de la policía, que tiene órdenes de no disparar a una población diezmada por la tragedia.

"Hay mucha gente armada, y la calle está llena de delincuentes, porque todos los presos se escaparon".Policía haitiano armado sólo con un palo.

Barricadas de cadáveres y neumáticosLa indignación de los habitantes de Puerto Príncipe llegó ayer a tal punto por la lenta remoción de los cuerpos que se pudren al sol, que hicieron barricadas de neumáticos incendiados, escombros, e incluso cadáveres, para bloquear la ruta principal entre la capital de Haití y la cercana Carrefour, informó la AFP.

"Ya han sacado algunos cuerpos, pero hay muchos, muchos más", indicó Charles Weber, un sacerdote vudú de 52 años.

Él es uno de los integrantes de la muchedumbre que puso la improvisada barricada en llamas.

Mientras Weber hablaba, un auto policial de la desbordada Fuerza Nacional haitiana fue obligada a dar una rápida vuelta en U para evitar la ira de los residentes. Funcionarios de la ONU advierten que no pueden extender sus operaciones a las zonas circundantes, hasta que haya mayor seguridad.

Las Naciones Unidas y otras agencias internacionales de ayuda concentran su actividad de asistencia en el centro de Puerto Príncipe.

Un equipo de la ONU que sobrevoló ayer la zona de Carrefour, una comuna pobre de 334.000 habitantes al oeste de la capital, señaló que el lugar se encontraba destruido en 40 o 50% debido al sismo del martes.

Peor era el panorama en la localidad vecina de Leogane, en donde casi el 90% de los edificios estaban dañados por el terremoto.

Leogane, el área más afectada fuera de la capital, es actualmente la "tumba" de unas 10.000 personas, muchas de ellas atrapadas dentro de los edificios derrumbados, informó desde Ginebra una vocera de Naciones Unidas.

Fuente:"El Mercurio"

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