lunes, 15 de marzo de 2010

La paralización por el terremoto no es nada comparada con el miedo al hombre

Pedro Pablo Errázuriz, presidente de la sanitaria Essbio:

La paralización por el terremoto no es nada comparada con el miedo al hombre

El sismo sacudió el centro de las operaciones de Essbio, compañía que abastece con agua potable desde San Francisco de Mostazal en la VI Región hasta Los Ángeles en la VIII.
Bernardita Aguirre Pascal Pedro Pablo Errázuriz, presidente de Essbio, trabaja por estos días 17 horas diarias sin descanso. Dirige desde las siete de la mañana hasta la medianoche un equipo de profesionales y trabajadores a los que el terremoto les cambió la vida. No sólo remeció sus casas y a sus familias, sino que también cambió el foco de su trabajo.

Él y su equipo dejaron sus oficinas para ir al frente. Unos reparaban estanques, matrices y ductos, otros coordinaban el suministro eléctrico y de petróleo para las plantas y también están los que se encargan de la seguridad y la alimentación que en Concepción era difícil conseguir a pocos días del terremoto.

-¿Cómo encontró el terremoto a Essbio?

"Estábamos en un proceso de modernización grande, desde 2000 habíamos invertido del orden de los US$ 1.000 millones en descontaminar, tener fuentes alternativas de suministro y tuberías de las mejores".

-¿Qué se destruyó?

"El cataclismo se separa en dos. El terremoto, que causó destrucción, caída de estanques, rotura de redes, fallas en infraestructura, y el maremoto, que arrasó poblaciones completas en localidades costeras que abastecemos. Inicialmente, entre San Francisco de Mostazal y Los Ángeles, todo quedó sin agua".

-¿Qué sintió ante esa devastación?

"El terremoto es grave, fuerte, bota casas y produce destrucción, pero la violencia del mar sobre las casas, sobre los barcos, es una cuestión muy dura y profunda. Esto paraliza mucho. El rol de todos los que están liderando el proceso de reconstrucción es dar fuerza y ánimo y ganas de partir de nuevo porque la gente queda muy caída".

-¿Y en Concepción?

"La paralización por el terremoto y su fuerza no es nada comparada con el susto que te genera la inseguridad con el hombre. Nosotros para resolver el problema de Concepción y Talcahuano tuvimos que tomar a las familias de mucha de la gente que trabaja en Essbio y trasladarla a otras ciudades para que los ejecutivos y todas las personas que estaban en el frente de trabajo pudieran trabajar en resolver los problemas".

-¿Hubo una merma en las cuadrillas?

"Absolutamente, hasta que no se controló el problema de inseguridad era imposible avanzar al ritmo que estamos haciéndolo hoy porque no contábamos con gente dispuesta a trabajar. El domingo y lunes el ritmo fue un 20% de lo que fue después, cuando se controló el problema de seguridad. Además, al principio no había comida, comunicaciones, ni suministro eléctrico, todo eso sumado a la inseguridad hacía muy difícil avanzar. El atraso de la protección en la ciudad nos retrasó dos o tres días en el proceso de solución del problema".

-¿Cómo recuperaron el agua potable?

"Trabajamos con generadores móviles y con cuadrillas de reparación. Logramos muy rápido tener energía en las plantas y respaldar con nuestros equipos lo que faltaba, pero luego había que avanzar en la rotura de las redes y los estanques. Lo más complejo ha sido abastecer sectores que no tienen fácil acceso como Lebu, Arauco y Constitución, por ejemplo".

-¿Cómo respondió el equipo?

"Es un equipo motivado, experto, que sabe gestionar la contingencia. El cariño que le tienen a lo que están haciendo se ve. Es que el valor que tiene el agua para las personas es inmenso".

-¿A usted cómo le impactó este evento en su trabajo?

"Esto está fuera de toda comparación respecto de otros eventos. Aquí es donde más se notan los esfuerzos personales, las motivaciones y el compromiso de las personas".

"El cataclismo se separa en dos. El terremoto, que causó destrucción, caída de estanques, rotura de redes, fallas en infraestructura, y el maremoto, que arrasó poblaciones completas en localidades costeras que abastecemos". La falta de energía los golpeóDespués del terremoto se cortó la electricidad, las plantas se quedaron sin energía y el agua se cortó. "Nosotros estamos preparados para enfrentar eso, pero el desastre fue muy grande y muy extenso. Lo importante es que logres recuperar algo de la energía y algo de los generadores, y eso resultó. La producción de agua potable, en general, la logramos recuperar bastante rápido porque tenemos un nivel de cobertura de generadores bastante razonable", considera Pedro Pablo Errázuriz, presidente de Essbio.

Pero hay ciudades como Concepción que estuvieron con un abastecimiento de agua de 20% en los primeros días, a pesar de que la planta tenía suministro eléctrico. Esto porque cuando el agua empezó a fluir por las cañerías recién se pudieron ver los daños en los ductos y así comenzar a reparar estanques y las redes, lo que fue difícil en Concepción por la falta de seguridad de las cuadrillas.

-¿Hasta dónde se puede respaldar el abastecimiento eléctrico de las plantas de agua potable?

"Esa es una decisión de país, de cuán robusto quieres el sistema. Podría ser todo duplicado, pero el costo para las personas sería tremendo. Esa es una inversión que hay que definirla a nivel país".

Fuente:"El Mercurio"

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