jueves, 22 de octubre de 2009

Propiedad de las Aguas

En su columna del lunes, María de la Luz Domper critica la reforma que dará reconocimiento constitucional a las aguas como bien nacional de uso público, por el hecho de entregar “antiguas” atribuciones a la administración pública, como la posibilidad de caducar derechos de agua y reservar caudales. A su juicio, el camino óptimo debería ser el inverso, más mercado y no más Estado.

Hay que entender que tanto el Estado como el mercado son construcciones humanas para organizar la sociedad hacia el logro del bien común, las cuales deben ser permanentemente ajustadas a través de la participación y deliberación democrática, para que respondan de manera óptima al fin para el cual fueron creadas.

La existencia de derechos de propiedad, si bien fundamental, no es garantía de que el recurso y el medioambiente se utilicen de manera sustentable. Como ejemplo dramático, basta ver la severa erosión del suelo en las estancias magallánicas, todas de propiedad privada. Este mercado ha permitido también el monopolio de derechos de agua de cuencas completas, como el caso del río Baker en Aysén, de propiedad de Endesa.

En definitiva, lo que buscan estas modificaciones constitucionales es recuperar la potestad efectiva del Estado y, por ende, de todos los chilenos sobre un bien nacional de uso público como el agua, que en la práctica es controlada por un puñado de intereses privados y cuyos derechos de uso fueron obtenidos a perpetuidad y a costo cero. Hernán Mladinic Alonso Director Ejecutivo Proyecto y Parque Pumalín

Fuente: "La Tercera"

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