Charles Darwin fue testigo de los efectos del último:
Concepción tiene una deuda pendiente con los tsunamis, dice el geólogo de la U. Católica de Valparaíso (PUCV) Marco Cisternas. El saldo moroso se arrastra desde 1835, cuando Charles Darwin presenció los efectos del último terremoto y maremoto combinados que afectaron a esa ciudad.
Aunque los científicos no pueden predecir cuándo se repetirá el desastre, sí pueden acercarse a una estimación contrastando eventos anteriores. En este caso, la evidencia acusa violentos sismos seguidos por grandes olas con una periodicidad de más o menos cien años y luego un alarmante silencio que ya se acerca a los dos siglos.
Muestras del suelo
Cisternas, quien trabaja en la Escuela de Ciencias del Mar de la PUCV, y la investigadora Lisa Ely de la Central Washington University de EE.UU., con apoyo de la National Geographic Society, están tras la huella geológica de esos cataclismos para saber cuántos han ocurrido no sólo en los tiempos históricos -de los que existen registros en textos de la época-, sino también los que sucedieron antes de la llegada de los españoles. Con datos más precisos, dice Cisternas, podrían aventurar cuándo vendría el próximo. La información ha sido corroborada en terreno, donde han tomado muestras del suelo que en estos momentos analizan con carbono 14 para determinar su antigüedad. "Buscamos la huella de lo que quedó de estos eventos".
Así, para la zona de Valdivia, el mismo Cisternas ha identificado ocho grandes terremotos y tsunamis que ocurrieron cada, más o menos, 300 años desde el siglo I, siendo el último el de 1960.
Para Concepción el registro histórico muestra un impacto cada cien años. En 1570, apenas 20 años después de su fundación, fue arrasada por un violento terremoto y un maremoto. La catástrofe se repetiría dos veces más, en 1657 y 1751, por lo que, cansados de tanta destrucción y reconstrucción, los habitantes decidieron cambiar la ubicación de la ciudad, situada entonces donde hoy está Penco (por eso lo de penquistas) al interior, a orillas del Biobío. Y ahí la sorprendió el terremoto y tsunami de 1835, el último hasta hoy.
"El gran problema de Concepción es que en el siglo XX no hubo tsunami. Por primera vez quedó algo pendiente", dice.
Con el estudio sabrán si en 1400, 1300 y 1200 también hubo tsunamis, si se concentraron entre 1570 y 1835. O si hubo períodos de 200 o 300 años sin tsunamis, como ahora.
Un tema clave es saber hasta dónde alcanzaron las aguas en cada oportunidad. En eso los ayuda Marcelo Lagos, de la U. Católica, quien prepara un modelo computacional.
Tanto los apuntes del naturalista Charles Darwin como del capitán del Beagle Robert Fitz Roy -considerados la primera descripción científica de un tsunami- les han sido de utilidad para determinar al menos el escenario de 1835. "Hicieron mediciones de los cambios registrados en el nivel del suelo. Además, describieron el número de olas, su altura y extensión".
Lo que han visto hasta ahora no deja de ser preocupante. Las muestras tomadas indican que zonas de Talcahuano, como la isla Rocuant -en torno a la cual hoy existe un creciente desarrollo poblacional-, fueron cubiertas por la gran ola. Si bien la ciudad se replegó al interior, en los últimos años se le ha sumado Talcahuano y otras áreas costeras. Hoy universidades, centros comerciales y nuevas poblaciones se levantan en zonas bajas donde podría llegar el agua, advierte.
Cisternas espera tener durante el próximo año un perfil más claro de las áreas afectadas en el pasado, aunque ya existe un esbozo que realizó el Servicio Hidrológico de la Armada (SHOA). Este organismo lleva un monitoreo internacional de estos fenómenos en su sitio web y también un registro histórico.
Cisternas descarta que la laguna sísmica de dos siglos refleje que la zona se haya estabilizado. "De acuerdo con mediciones de GPS, la zona generadora de terremotos sigue activa y está acumulando energía que debe liberarse en algún momento".
La Municipalidad de Talcahuano planea un simulacro de tsunami para fin de año.
Fuente: "El Mercurio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario