La Tierra está ocupada por agua en sus tres cuartas partes. Según los científicos, en nuestro planeta hay tanta agua que debería haber suficiente para todos. Pero pese a esto, hay más de 1.110 millones de personas que carecen de agua potable.
El consumo de agua es muy desigual en el mundo. Por ejemplo: un norteamericano promedio consume siete veces más agua que un africano medio y un europeo tres veces más que éste.
En una parte del mundo el acceso al agua es algo tan común que ha dejado de verse como una necesidad y en algunos casos ha pasado a ser un negocio, como ocurre con el agua embotellada, las piscinas y parques acuáticos y los spas y balnearios. Esto no es negativo, si somos libres de elegir si queremos pagar o no por beber agua embotellada o por bañarnos. El problema surge en los países donde el acceso al agua no es libre y la población se ve obligada a pagar grandes sumas por el acceso a un agua de poca calidad o a comprar agua embotellada proveniente de fuentes a las que debería haber acceso público.
Al negarle a millones de personas el derecho al agua, el saneamiento y la higiene, se les niega la posibilidad de desarrollarse, de vivir una vida saludable, de educarse, de trabajar y de contribuir a la prosperidad de sus familias y sus comunidades. Si el agua es un derecho, no poder acceder a ella es una injusticia.
Fuente: "Enredate"
No hay comentarios:
Publicar un comentario