Según ministro de Agricultura, si no llueve se mantendrá un caudal que asegura por un año el abastecimiento.
MATÍAS ROVANO BUSTOS "La situación es crítica. Es la única región del país que tiene a todas las comunas declaradas en estado de emergencia y de catástrofe", dice el ministro de Agricultura, Luis Mayol, sobre la sequía que hace varios años afecta a la Región de Coquimbo.
Y en la provincia del Limarí, el embalse La Paloma, el más grande para riego en el país, y que permite mantener más de 50 mil hectáreas, está a punto de secarse.
De su capacidad máxima de 750 millones de m {+3} , no guarda más de 10 millones, la cifra más baja desde que entró en operación en la década de 1960.
Pero de esa cantidad, se mantendrán reservas para asegurar el suministro de la capital de la provincia.
"La única ciudad que podría tener eventuales problemas es Ovalle, pero ya se determinó la cantidad de agua de La Paloma que se va a reservar exclusivamente para el uso humano y se va a reservar una cantidad suficiente como para un año completo", explica Mayol.
La empresa sanitaria Aguas del Valle abastece a 25.090 clientes en esa ciudad, que en promedio demanda unos 245 lt/s. Según análisis de la compañía, con la medida se mantendría el caudal suficiente para el suministro domiciliario.
"Este escenario depende en gran medida del comportamiento pluviométrico de este año, pues las reservas de La Paloma se están acabando y otras fuentes presentan bajos niveles", dice Ricardo Lalanne, gerente zonal de la sanitaria.
El ejecutivo añade que a los derechos que ya tienen sobre la cuenca del río Limarí, suman constantemente otros nuevos que han debido adquirir; además de la incorporación de otras fuentes de captación superficial y subterránea.
El presidente de la junta de vigilancia del río Limarí, José Eugenio González, dice que del agua que queda se repartirá según acuerdos entre los regantes. Sobre esa base se está "reservando para el riego del valle, de los derechos originales del río y para abastecimiento de agua potable. Independiente de los derechos, tenemos claro que en una situación crítica primero está la bebida humana que cualquier otras cosa".
"Es tan poca el agua que hay, que tampoco los agricultores están regando con el embalse", sostiene el ministro Mayol, quien confía en que el "bombardeo de nubes" -que este año se hará tanto en forma aérea como terrestre- incremente las precipitaciones en el invierno.
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