martes, 23 de abril de 2013

¿Qué es gestión pública del agua?


Otra vez se activó el movimiento social por la recuperación de la gestión pública del agua.

Desde 1990 esta causa ha sido ignorada por la clase política.

Recién para la segunda vuelta de la elección presidencial en 2010, el programa de gobierno de la Concertación incluyó a última hora el tema a cambio del apoyo de Marco Enríquez-Ominami… Habrá que ver qué sucede esta vez.

Lo cierto es que hay un panorama agudo de competencia por agua entre sectores productivos: minería versus agricultura, agua potable versus generación eléctrica, turismo versus explotación forestal. O minería versus todas las anteriores, a causa de la enorme demanda de minerales por parte de China.

El relieve del territorio acentúa esta crisis. Nuestra “larga y angosta faja de tierra” significa que aquellas empresas o rubros que están “aguas arriba”, externalizan sus impactos ambientales sobre los que están “aguas abajo”.

El Código de Aguas de 1981 declara que se trata de un “bien nacional de uso público”, pero fija un mecanismo que en los hechos transforma al agua en un bien económico privado que puede ser transado en el “mercado del agua”.

La teoría dice que un mercado implica competencia y también transparencia de precios, pero en Chile eso no existe. Se sabe extraoficialmente que la minería paga hasta 150 mil dólares por el litro/segundo de agua. Pero esos precios no son públicos ni compiten a la luz del día.

Chile es el único país donde las aguas son propiedad privada, y por esta realidad al país lo estudian como una rareza en múltiples universidades del mundo. Se supone que la Dirección General de Aguas es la encargada de planificar su uso, pero esa planificación no es vinculante. Por ejemplo, el gobierno de Bachelet creó una mesa de diálogo para actores sociales y económicos de cada cuenca hidrográfica, pero aquellos que tenían derechos de agua se pararon y se fueron porque no les convenía. Adiós gestión integrada del agua.

Francia, España y Brasil son referentes por sus modelos de gestión del agua a nivel de cuenca hidrográfica. Tienen organizaciones que no solo distribuyen el agua para cada sector productivo o social. Se responsabilizan de la conservación de ecosistemas acuáticos, del monitoreo de la calidad y cantidad de agua, de crear mecanismos de participación de la sociedad civil, y de resolución de conflictos. Resalta el caso de Francia, que definió su política del agua con encuesta y votación pública.

Acá en Chile, en cambio, el tema lo define: Primero la plata; después 15 servicios públicos que fragmentan y burocratizan la decisión; y finalmente la Corte Suprema, que este mes autorizó a una minera a extraer agua subterránea, aun sin tener derechos inscritos.

El agua no es un recurso natural aislado. Hay que observar todo su ciclo hidrológico: Genera servicios ecosistémicos, como regulación de caudales, recarga de acuíferos, dilución de contaminantes, hábitat de especies, regulación del clima, y un abundante etcétera. ¿Se puede responder a esta complejidad con el sistema de propiedad privada del agua? Saque sus conclusiones.

Fuente: http://radio.uchile.cl/columnas/206813/

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