Denuncian que hay muchos casos de edificación en depresiones más allá de lo permitido en los instrumentos de planificación urbana.
Especialistas en planificación urbana advirtieron el alto riesgo que significa para la población la construcción de viviendas y obras civiles en zonas de riesgo, como quebradas y bordes de cauces y laderas en la precordillera.
Federico Arenas, director del Instituto de Geografía de la Universidad Católica, afirmó que en la Región Metropolitana hay "asentamientos de larga data en zonas de riesgo, en quebradas y sobre la cota mil. Los esfuerzos para trasladar a personas terminan anulados por la insistencia de la gente de volver".
Doctor en Geografía de la Universidad de Ginebra, Arenas explicó que en caso de que exista la necesidad de construir un puente u otra obra hidráulica a través de una quebrada, se debe hacer sabiendo que es una zona de riesgo.
"Tenemos todas las herramientas para poder identificar con mucha claridad y precisión las zonas de riesgo y los lugares donde no debiera haber intervención humana", dijo el profesional, quien añadió que hay muchos casos de construcción en quebradas más allá de lo permitido en los instrumentos de planificación urbana.
"A uno le gustaría, como planificador, que se definieran franjas mayores en las zonas de riesgo, pero no hay capacidad para controlar", señaló.
El especialista advirtió que los problemas de riesgo en la planificación urbana tendrán mayor relevancia en el futuro inmediato, por el crecimiento de la ciudad, el cambio climático y la concentración de lluvias en períodos cortos.
Rodrigo Hidalgo, investigador del mismo instituto de la Universidad Católica, dijo que "nos estamos urbanizando a la asiática, ocupando todo lo que esté cerca de la ciudad. Desde la época romana que está más que claro que las aguas tienen que fluir por sus cauces naturales".
Hidalgo cuestionó la urbanización de predios turísticos por sobre la cota mil, y advirtió que las quebradas seguirán siendo sometidas a presión por el desarrollo inmobiliario.
José Ramón Ugarte, ex presidente del Colegio de Arquitectos, lamentó que "haya gente que se toma con tanta liviandad y acumula tierra en cualquier parte de la precordillera. Se produce cuando el propietario contrata una máquina para hacer un camino, y no hay un profesional ni organismo que validen la intervención".
Las declaraciones las emitieron en medio de las investigaciones del Ministerio de Obras Públicas y la Municipalidad de Lo Barnechea para determinar si la construcción de un terraplén (camino de piedras y tierra) en la quebrada Ñilhue, en el Camino a Farellones, produjo el alud que le costó la vida a una mujer e hizo desaparecer a una menor de un año.
Los ríos
chilenos son torrentosos por la variación de altura entre los 3.500 metros y el nivel del mar en 200 kilómetros
Fuente: "El Mercurio"
No hay comentarios:
Publicar un comentario