Cambio de hábitat:
CONCEPCIÓN. Los más de seis mil cisnes de cuello negro que se dispersaron luego del desastre ambiental del río Cruces, en Valdivia, en octubre de 2004, recorren el país en grupos migratorios para adaptarse a nuevos ecosistemas. Ahí encontraron un medio apto para construir sus nidos.
Grandes poblaciones de cisnes han sido registradas desde la V a la XII Región y posiblemente en Argentina, aumentando en forma importante el número de individuos en esos territorios. Expertos aseguran que no se trata de una coincidencia, ya que hay razones fundadas para creer que son los mismos que huyeron del río Cruces, en el santuario natural Carlos Anwandter.
Puntos de reencuentro
"Nosotros vimos que, en determinadas zonas a lo largo del país, la población de cisnes aumentó después de la crisis ambiental de 2004. Ocurrió algo esperable, que era la migración de cisnes desde el humedal del río Cruces hacia otras lagunas y humedales del país", asegura el gerente de áreas Protegidas y Medio Ambiente de la Conaf, José Luis Galaz.
Los cisnes del río Cruces nunca fueron marcados ni anillados para un posterior seguimiento de su dispersión. Son los avistamientos más significativos los que permiten a los organismos medioambientales especular sobre los nuevos refugios de las aves.
"Lo más probable es que los cisnes vuelvan a sus lugares de origen para levantar sus nidos. Ahora no lo hacen en el río Cruces por lo que han tenido que adaptarse a otros lugares que han adoptado como puntos de reencuentro para la nidificación", explica Galaz.
El representante de Birthlife para las Américas y el Caribe (Organización para la protección y conservación de aves), David Díaz, de visita en el país, dice que "estos cisnes se han movido a otras áreas y lo importante es que podamos identificarlas para asegurar el mantenimiento de la población de esta especie".
En 2005, en el lago Budi, en la Araucanía, un equipo del Instituto de Zoología de Valdivia contabilizó más de mil cisnes. "No podemos hablar de que emigraron por definición, es un proceso de dispersión y colonización de nuevas áreas. Lo primero que causa la movilidad es tener un sitio donde haya alimento", opina Roberto Schlatter, director del instituto.
En el lago Lanalhue, cerca de Contulmo, Región del Biobío, la población de cisnes de cuello negro aumentó a mil 800 durante el verano de 2007: un número tres veces superior a la población normal, según el censo del Comité Pro Defensa de la Flora y Fauna (Codeff). Según el director regional del organismo, Pedro Arrei, ese período corresponde al peak de la presencia de estas aves; durante el verano de 2008 y 2009, la población bajó en 50%.
"En un sector de un estero chilote encontramos este año una pequeña colonia compacta de unas nueve a doce parejas de cisnes reproduciéndose en la orilla, incluso con gente que caminaba en la marea baja con ellos en el mar", cuenta Schlatter. Según el experto, los cisnes se acostumbraron a alimentarse de algas marinas.
Fuente: "El Mercurio"
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