lunes, 28 de septiembre de 2009

Marte y la Luna esconden bajo su superficie más agua de lo que se creía

Hace sólo tres años y medios los científicos descubrieron nuevos cráteres en la superficie de Marte. Desde entonces, han monitoreado 100 de estos nuevos forados hasta que descubrieron que alrededor de cinco de ellos había hielo esparcido.

"Las manchas blancas son hielo 99% puro", dice Shane Byrne de la U. de Arizona, en conferencia desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

Los cráteres fueron hechos por recientes impactos de meteoritos en el planeta rojo. El golpe no sólo orada la superficie, sino que también deja al descubierto el hielo que estaba bajo ella.

Son dos las sorpresas develadas por la sonda Mars Reconnaissance Orbiter. La primera es la pureza del hielo. La NASA creía que lo común en Marte era un hielo mezclado con polvo, 50-50, y no un hielo puro. Y la segunda es la ubicación de los cráteres: demasiado cercanos al ecuador marciano para contener hielo.

Hoy Marte conserva la mayor cantidad de hielo en su casquete polar norte.

Según modelos computacionales, explica Byrne, "esa capa de hielo ha avanzado y retrocedido varias veces en la historia del planeta, y el hielo que encontramos sería de la última vez que esa capa estuvo tan cerca del ecuador, hace 10 mil años". El trabajo aparece hoy en la revista Science.

Pero no es el único cuerpo del sistema solar que mostró su cara húmeda. En conferencia desde la NASA, los científicos explicaron el hallazgo de agua en toda la superficie lunar.

Hace nueve meses la sonda india Chandrayaan-1 detectó en el infrarrojo un brillo extraño. La geóloga Carli Pieters cuenta que pasaron meses buscando dónde estaba el error en la calibración del instrumento, pero no lo encontraron.

Las imágenes revelaron en todo el satélite pequeñas moléculas de agua y de hidroxilo, que sólo tienen un átomo de hidrógeno y uno de oxígeno (el agua tiene dos de hidrógeno). "No lo podíamos creer y aún no sabemos de dónde vienen -confiesa-. Tenemos años por investigar".

Si bien eventualmente se podría explotar agua para las futuras bases lunares, los científicos aún no saben qué tanta agua hay. No se trata ni de lagos o riachuelos, sino que de pequeñas moléculas, adheridas al polvo y rocas lunares. Si se removiera la primera capa del suelo lunar, no se lograría juntar más de un kilo de moléculas húmedas.

Una de las posibles explicaciones para la presencia de estas moléculas es el viento solar. Sus partículas de hidrógeno interaccionarían con el oxígeno del suelo lunar.

Fuente: "El Mercurio"

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