No todo es cemento. La capital también gana espacios para que los chilenos podamos disfrutar de la naturaleza, sin tener que salir de la ciudad.
Y qué mejor si se trata de un parque innovador, con sólo especies nativas donde se restaurarán delicadas interacciones ecológicas entre árboles, aves y flores nativas que alguna vez predominaron por estos lares. Un lugar para disfrutar y aprender.
Así será el nuevo Parque Ecotemático Canal El Carmen, una iniciativa que desarrollan Oterra, unidad dependiente de la Escuela de Ingeniería Forestal de la U. Mayor, el Parque Metropolitano de Santiago y la Fundación San Carlos de Maipo.
Los estudios preliminares ya comenzaron y se espera que en dos años, en agosto de 2011, el parque sea una realidad, según confirma Cristián Romero, jefe del proyecto e investigador de Oterra.
Ladera norte
El objetivo principal es diseñar e implementar un parque de tres hectáreas, en las zonas aledañas al Canal El Carmen, en la vertiente septentrional del Parque Metropolitano, bajo un concepto que involucra componentes ecosistémicos y culturales con la finalidad de rehabilitar e incorporar un nuevo espacio recreativo educacional para la Región Metropolitana.
Hoy el Parque Metropolitano, la principal área verde de la capital, tiene 722 hectáreas y es visitado por más de un millón de personas al año. Claro que la mayoría de las visitas se concentran en la ladera sur, ello a pesar de los valiosos esfuerzos del Parque Metropolitano en la zona norte, tales como la implementación de estaciones de microgoteo, incorporación de especies nativas y el Jardín Mahuidahue.
Una de las mayores dificultades que deberá sortear el nuevo parque responde principalmente a la exposición solar. En otras palabras, no hay parque tradicional que aguante el sol imperante del poniente capitalino.
Es por ello que el nuevo parque será muy distinto a lo que conocemos como tal. Cristián Romero y los investigadores de Oterra tienen una visión bastante crítica de cómo se diseñan las áreas verdes: "Generalmente se ocupan especies exóticas y una gran cantidad de prados, lo que no tiene relación con nuestro clima mediterráneo, implica importantes costos de mantenimiento y tienen una infraestructura más parecida a una terraza de una casa".
Precisamente en su carácter "ecotemático" está la clave de por qué se trata de un parque innovador. "Queremos reunir un componente sistémico, donde vamos a intentar recomponer interacciones de especies nativas débiles o inexistentes, y otro educativo, para poner al alcance de los santiaguinos este tipo de naturaleza propia de la zona, que hoy es desconocida por la mayoría de las personas".
Área verde única
En síntesis, la apuesta es crear un parque único, donde desde las herbáceas hasta los árboles, además de la fauna, correspondan a especies nativas propias del lugar.
En el área elegida plantarán especies que probablemente alguna vez estuvieron allí y recuperarán otras. Actualmente en el sector en donde se emplazará el proyecto predominan especies propias del matorral mediterráneo de ladera norte como el colliguay y el romerillo, los cuales conviven con especies introducidas altamente invasivas como la zarzamora, y algunos árboles exóticos como el acacio falso.
"Si uno intentara imitar una ladera de exposición norte de la zona central de Chile cubierta de vegetación nativa, debería incluir especies como los chaguales, cactus como el quisco, arbustos como el colliguay y herbáceas como alstroemerias y azulillos", señala Cristián Romero.
Ese es uno de los desafíos que asumirán los investigadores de la Universidad Mayor en el vivero que administra la Escuela de Ingeniería Forestal, donde se reproducirán y ensayarán las especies que finalmente poblarán el nuevo parque.
¿Riego cero?
Es probable -y también motivo de investigación al interior del grupo-, que luego de cuatro o cinco años, cuando el ecosistema esté consolidado, ya no sea necesario regar.
Poco a poco, el paisaje atraerá a deseables habitantes: más aves autóctonas.
Pero este bello parque autóctono no tendría tanto valor si no fuera porque también se considera protagonistas a quienes lo visitarán.
Para conocer y aprender se diseñarán plazas temáticas, cuyo fin es difundir las especies e interacciones propias de los sistemas mediterráneos, de manera lúdica y didáctica.
A partir de esta iniciativa, el equipo de investigadores de Oterra espera consolidar una manera innovadora y costo-eficiente para la construcción de parques urbanos en la ciudad de Santiago, que tengan la factibilidad de ser replicado en el ámbito público y privado.
Este parque ciento por ciento nativo es una experiencia que los investigadores esperan replicar en el resto de la zona central chilena, en proyectos públicos o privados.
Fuente: "El Mercurio"
Y qué mejor si se trata de un parque innovador, con sólo especies nativas donde se restaurarán delicadas interacciones ecológicas entre árboles, aves y flores nativas que alguna vez predominaron por estos lares. Un lugar para disfrutar y aprender.
Así será el nuevo Parque Ecotemático Canal El Carmen, una iniciativa que desarrollan Oterra, unidad dependiente de la Escuela de Ingeniería Forestal de la U. Mayor, el Parque Metropolitano de Santiago y la Fundación San Carlos de Maipo.
Los estudios preliminares ya comenzaron y se espera que en dos años, en agosto de 2011, el parque sea una realidad, según confirma Cristián Romero, jefe del proyecto e investigador de Oterra.
Ladera norte
El objetivo principal es diseñar e implementar un parque de tres hectáreas, en las zonas aledañas al Canal El Carmen, en la vertiente septentrional del Parque Metropolitano, bajo un concepto que involucra componentes ecosistémicos y culturales con la finalidad de rehabilitar e incorporar un nuevo espacio recreativo educacional para la Región Metropolitana.
Hoy el Parque Metropolitano, la principal área verde de la capital, tiene 722 hectáreas y es visitado por más de un millón de personas al año. Claro que la mayoría de las visitas se concentran en la ladera sur, ello a pesar de los valiosos esfuerzos del Parque Metropolitano en la zona norte, tales como la implementación de estaciones de microgoteo, incorporación de especies nativas y el Jardín Mahuidahue.
Una de las mayores dificultades que deberá sortear el nuevo parque responde principalmente a la exposición solar. En otras palabras, no hay parque tradicional que aguante el sol imperante del poniente capitalino.
Es por ello que el nuevo parque será muy distinto a lo que conocemos como tal. Cristián Romero y los investigadores de Oterra tienen una visión bastante crítica de cómo se diseñan las áreas verdes: "Generalmente se ocupan especies exóticas y una gran cantidad de prados, lo que no tiene relación con nuestro clima mediterráneo, implica importantes costos de mantenimiento y tienen una infraestructura más parecida a una terraza de una casa".
Precisamente en su carácter "ecotemático" está la clave de por qué se trata de un parque innovador. "Queremos reunir un componente sistémico, donde vamos a intentar recomponer interacciones de especies nativas débiles o inexistentes, y otro educativo, para poner al alcance de los santiaguinos este tipo de naturaleza propia de la zona, que hoy es desconocida por la mayoría de las personas".
Área verde única
En síntesis, la apuesta es crear un parque único, donde desde las herbáceas hasta los árboles, además de la fauna, correspondan a especies nativas propias del lugar.
En el área elegida plantarán especies que probablemente alguna vez estuvieron allí y recuperarán otras. Actualmente en el sector en donde se emplazará el proyecto predominan especies propias del matorral mediterráneo de ladera norte como el colliguay y el romerillo, los cuales conviven con especies introducidas altamente invasivas como la zarzamora, y algunos árboles exóticos como el acacio falso.
"Si uno intentara imitar una ladera de exposición norte de la zona central de Chile cubierta de vegetación nativa, debería incluir especies como los chaguales, cactus como el quisco, arbustos como el colliguay y herbáceas como alstroemerias y azulillos", señala Cristián Romero.
Ese es uno de los desafíos que asumirán los investigadores de la Universidad Mayor en el vivero que administra la Escuela de Ingeniería Forestal, donde se reproducirán y ensayarán las especies que finalmente poblarán el nuevo parque.
¿Riego cero?
Es probable -y también motivo de investigación al interior del grupo-, que luego de cuatro o cinco años, cuando el ecosistema esté consolidado, ya no sea necesario regar.
Poco a poco, el paisaje atraerá a deseables habitantes: más aves autóctonas.
Pero este bello parque autóctono no tendría tanto valor si no fuera porque también se considera protagonistas a quienes lo visitarán.
Para conocer y aprender se diseñarán plazas temáticas, cuyo fin es difundir las especies e interacciones propias de los sistemas mediterráneos, de manera lúdica y didáctica.
A partir de esta iniciativa, el equipo de investigadores de Oterra espera consolidar una manera innovadora y costo-eficiente para la construcción de parques urbanos en la ciudad de Santiago, que tengan la factibilidad de ser replicado en el ámbito público y privado.
Este parque ciento por ciento nativo es una experiencia que los investigadores esperan replicar en el resto de la zona central chilena, en proyectos públicos o privados.
Fuente: "El Mercurio"
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