El uso de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en Chile creció 23% en 2012. La meta de lograr que el 10% de la producción energética en 2024 provenga de estas fuentes parece alcanzable, aunque los más optimistas siguen empujando para llegar al 20%.
LA Huayca, lugar de aji en aimara, es una pequeña localidad cercana a Pica y La Tirana, en la Región de Tarapacá. El pueblo, un diminuto conjunto de casas de piedra emplazadas entre empolvadas calles, alcanzó su esplendor a fines del siglo XIX, de la mano del salitre, pero hoy, sus 258 habitantes, tienen una nueva fuente económica, que ya no proviene del suelo, sino del cielo: el sol.
En 2012, la pequeña comunidad fue elegida para albergar una planta fotovoltaica que inyectó 1,4 MW (megawatts) al Sistema Interconectado del Norte Grande (SING).
Es la planta más grande de su tipo en Latinoamérica gracias a sus 5.888 paneles y uno de los proyectos de Energía Renovable No Convencional (ERNC) inaugurados en 2012, cuya capacidad instalada aportó un total 165 MW a la red del país.
Según el Reporte ERNC publicado por el Centro de Energías Renovables (CER), del Ministerio de Energía la semana pasada, durante el año 2012, las energías renovables (ERCN) inyectaron un total de 3.158 GWh (gigawatts hora) al sistema eléctrico nacional. Eso significa que el 4,82% de la generación total de la energía del país provino de estas fuentes, superior al 3,2% de 2011; lo que constituye un alza de 23%. El informe dice que es la mayor cifra registrada en la materia y que actualmente la capacidad de ERNC representa un 5,06% de la matriz eléctrica del país.
“La señal es que Chile está tomando en serio la diversificación de la matriz”, dice María Paz de la Cruz, directora ejecutiva del CER.
El mayor aporte provino de la biomasa, cuyas centrales representaron el 50% de la generación ERNC, seguida por la inyección hidráulica (38%), eólica (12%) y solar (0,02%). Según De la Cruz, la biomasa es un tipo de generación absolutamente probada, ya que lleva años operando”.
Las proyecciones son alentadoras, al menos para el CER. “Actualmente existen proyectos en construcción por 395 MW, lo que hace pensar que este año nuevamente podríamos estar hablando de un récord”, dice De la Cruz.
Sin embargo, las cifras aún son modestas comparativamente con otras naciones. Mientras Chile alcanza el 5% de su producción energética a través de las energías renovables (ERNC), otras naciones, como Alemania, por ejemplo, superan el 25%.
La idea es llegar al 10% en 2024, aunque actualmente se discute en el Congreso un proyecto de ley para subir la meta a 15 o 20%.
Según Marcelo Mena, director del Centro de Sustentabilidad de la U. Andrés Bello, llegar al 20% en 2020 es una cifra alcanzable. Así lo creen instituciones como la Asociación Chilena de Energías Renovables (Acera) y Bloomberg New Energy Finance, dice el experto. “El gobierno abandonó esta meta, pero sigue presionándose en el Congreso. La energía solar, por ejemplo, está logrando precios cada vez más bajos, por lo que se puede pensar en llegar a la meta. Yo le daría un impulso fuerte a la generación residencial. Más de la mitad de la ERNC de Alemania viene de pequeños productores”, dice.
Otra de las apuestas futuras es la geotermia. Países como Alemania, que no poseen este potencial (no tiene volcanes), ya generan 8.9 MW anuales, mientras que Chile, pese a tener más de 3.000 volcanes, aún no tiene proyectos materializados. “Queremos contar con 1.400 a 1.800 MW instalados al 2030 con este tipo de energía”, dice De la Cruz.
Mena coincide en que además de un fuerte impulso a la generación eólica y solar, hay que empujar la geotermia. “Se cree que podrían llegar a más de cinco GW de ERNC instalados en los próximos tres años, si es que se mantienen las condiciones favorables”.
Fuente: La Tercera
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