La Presidenta firmó en Quintay dos decretos y un proyecto de ley que prohibirán la caza en aguas jurisdiccionales. Mientras, el canciller Foxley le dio el vamos a la Comisión Ballenera Internacional en Santiago.
Equipo Ciencia y Tecnología
"Chile quiere dar una clara y contundente señal de su voluntad de proteger las ballenas en sus aguas jurisdiccionales", dijo ayer la Presidenta Michelle Bachelet luego de firmar dos decretos y un proyecto de ley para defender a los cetáceos.
Entre las ruinas de la antigua faenadora de ballenas en Quintay, en la Región de Valparaíso, la Presidenta declaró monumento natural a los cetáceos, la misma categoría que ostenta el huemul, y volvió indefinida la norma que prohíbe su caza en nuestro territorio marítimo.
"Felicitamos a Chile y a su Presidenta por tomar esta iniciativa. Esto sumará más energía a la discusión de la Comisión Ballenera Internacional, porque es un ejemplo positivo para otras naciones", dijo Peter Garret, ministro de Medio Ambiente de Australia, quien asistió a la ceremonia con sus homólogos de Nueva Zelandia, Reino Unido y Costa Rica.
El ministro australiano coincide con Japón acerca de que la comisión está en un momento clave. Australia presentó varias iniciativas para modernizarla: "Creemos que podemos tener una colaboración real entre naciones para investigar a los cetáceos de una manera no letal".
Responsabilidades
La Presidenta Bachelet aseguró que la protección de la ballena "es trascendente en sí misma, pero también es el compromiso de un país, de este Gobierno, con las futuras generaciones". "Por nuestras aguas pasan la mitad de las especies de cetáceos conocidas. Somos privilegiados al poseer este patrimonio natural, tenemos una responsabilidad especial", dijo.
Además de los dos decretos, el proyecto de ley busca mejorar la regulación y facilitar la conservación y reproducción de las poblaciones cetáceas y su biodiversidad.
Expresamente se prohíbe dar muerte, caza, capturar, tener, poseer, transportar, desembarcar, elaborar, comercializar, almacenar o efectuar cualquier proceso de transformación de cualquier especie viva o muerta de cetáceo. Hay pena de presidio para quienes la evadan.
Por su parte, el canciller chileno, Alejandro Foxley, dio el vamos a la conferencia de la Comisión Ballenera Internacional en Santiago, solicitando la incorporación de la sociedad y de las ONGs conservacionistas a los debates. Abogó por la búsqueda de consensos para lograr un mayor entendimiento.
"Cada vez que se pueda, se debe buscar esa meta agotando todas las instancias antes de someter una decisión a votación, ya que ésta, por su naturaleza, divide", expresó el ministro. Además, señaló que "en el caso de Chile, su objetivo principal es el fortalecimiento de la conservación de cetáceos mediante planes de manejo de conservación regionales y subregionales".
Las demandas principales que se discutirán esta semana son la creación de un santuario en el Atlántico Sur, la modernización de la Comisión, y la petición nipona de autorizar la caza comercial de ballenas frente a sus costas.
Protección por la ley
La primera vez que Chile abordó legalmente la protección de los cetáceos fue en 1977. Ese año el gobierno dictó un decreto supremo que prohibió la caza de delfines y toninas. Posteriormente, en 1984, suspendió la caza de ballenas.
Hasta ayer la moratoria se regía por el Decreto 224 del Ministerio de Economía, que establecía una veda extractiva nacional por un plazo de 30 años para determinados mamíferos, reptiles y aves, incluyendo todos los cetáceos. Los dos nuevos decretos ley permiten que Chile cumpla obligaciones internacionales emanadas de convenciones internacionales como la de Comercio Internacional de Especies Amenazadas. El proyecto de ley apunta a consolidar tales compromisos.
ONG chilena coordina catálogo de ballena azul
El comité científico de la Comisión Ballenera Internacional apoyó la realización de un catálogo de avistamientos de la ballena azul, el cual coordinará la ONG chilena Centro de Conservación Cetácea (CCC).
La investigadora de ese organismo Bárbara Galleti contó que al comité le encantó la iniciativa de conocer las rutas migratorias de la especie, por lo que decidió incorporarla a su plan de trabajo del próximo año. Esto incluye el desarrollo de una aplicación en internet que permitirá a los usuarios científicos subir imágenes de los distintos avistamientos. La idea tuvo su origen en una reunión de más de veinte expertos sobre la ballena azul en Sudáfrica. Desde 2004 la CCC ha participado en 55 inspecciones marinas y avistado 250 individuos.
La ONG también presentó información sobre las poblaciones de ballena franca austral, que si bien presenta signos de aumento, éste no se refleja en las aguas de Chile y Perú. Por eso se recomendó un análisis más exhaustivo, el que realizará un grupo de trabajo en el que participará la ONG nacional.
Fuente: "El Mercurio"
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